Nuestra “hija de la UQAM” nacional ha vuelto a pasar por todo el espectro de emociones en los últimos días.
Como seguramente sabéis, la bella Hélène tiene, como Tintín en los viejos tiempos, sed de descubrimientos culturales y por eso no duda en vestirse de embajadora de Quebec para partir a conquistar un nuevo continente.
La semana pasada, os contamos que nuestra artista-tatuadora-creadora-de-contenido-exótico-favorita se había ido en un crucero de 30.000 dólares a la Antártida, pero había perdido sus bragas en el camino.
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Sus pequeñas preocupaciones parecen haberse evaporado tras ella cuando vemos cuán radiante y realizada se muestra nuestra heroína en latitudes muy negativas.
No vamos a comentar cada una de sus (numerosas) publicaciones en las redes sociales de los últimos días, pero aún así te llevaremos a 2 o 3 ideas que merecen tu tiempo.
Primero, la “hija de la UQAM” cruzó el Pasaje de Drake, que separa el extremo sur de América del Sur y la Antártida.
Es una de las zonas marítimas con peores condiciones climáticas del mundo, lo que provoca corrientes implacables.
Es cierto que parecía gestarse en pedazos…
Pero no todo el tiempo…
Además, vio icebergs, lo que fue una oportunidad para ella de sonreír alegremente…
Y gritar como una Madeleine…
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Y finalmente tuvo la oportunidad de producir muchos episodios de su fascinante serie documental “Helene National Geographic”.
Recomendamos el episodio sobre las Islas Malvinas. (Tenemos amigos argentinos…)
Y el de los pingüinos dorados.
Si fuéramos el canal Évasion, sabemos a quién le ofreceríamos un espectáculo. ¡Con seguridad!