Los espectáculos de Nathalie Béasse no tienen equivalente. Desde hace veinte años, el director, procedente de las artes visuales, inventa piezas como paisajes o poemas, que dejan una profunda huella en el inconsciente. Este mes de enero, se traslada al Théâtre de la Commune, en Aubervilliers (Seine-Saint-Denis), con una programación múltiple, que permite ver o volver a ver una de sus obras anteriores. El sonido de los árboles cayendo (2017), y descubrir una nueva y magnífica creación, titulada Terciopelo. Exploramos con ella los motivos que recorren sus espectáculos, como un vasto tapiz con infinitas variaciones.
paseo
En TerciopeloDe él parte todo: un inmenso telón de terciopelo rosa descolorido, que ocupa todo el ancho del escenario. Pero en sus anteriores estancias había muchas otras: cortinas de todos los colores (blanco roto, mostaza, verde, etc.) y de todos los tamaños. “El telón es ante todo el teatro. Con Terciopeloquería contar mi relación con el teatro. Un reportaje que no se basa en la historia, la narrativa. ¿Qué provoca el simple hecho de entrar en una habitación, sentarse y esperar, frente a una cortina cerrada? Terciopelo Es un homenaje al teatro en el sentido de la maquinaria, del momento, de la proyección íntima de cada espectador. Todas mis cortinas están hechas de terciopelo: un material de proyección que hace vibrar el color. El telón es un umbral: ¿qué sucede detrás de él? Es el otro lado del espejo, lo que siempre me ha atraído. Esperamos que se abra a un mundo paralelo, como David Lynch. Y es una piel también: algo muy bello, pero que puede resultar terriblemente asfixiante. Encarna la ensoñación, la suavidad, la presencia. Y detrás de este gran telón, hay otros, a modo de coreografía. »
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