“En Douarnenez hay dos salas de cine, pero hay sitio para ambas”, afirma Morgan Harari, nuevo director de La Balise, un cine independiente incluido en la red de salas La Rules of the Game. En el 39 de la calle Pasteur, es un cine desde hace más de treinta años: Le Rex, Le K y finalmente La Balise. En sus dos salas, una con cerca de 200 butacas y otra con poco menos de 100, se programan la mayoría de películas dirigidas al gran público. “Podemos proyectar películas de autor, pero siempre tenemos cuidado de no duplicar Le Club porque no tiene ningún interés”, explica Morgan Harari, que organiza preestrenos y proyecciones especiales como la de “La canción de las sardinières” de Nina. Montaña. Un éxito muy grande. “Es una economía que sigue siendo frágil pero tenemos un interés real en estar presentes aquí. En Douarnenez la gente sigue yendo a ver películas al cine. Hay un verdadero margen de mejora”, afirma. En 2024, La Balise acogió a 30.500 espectadores.
“No vivimos en una ciudad muy rica”
Claudette Leflamand es la directora de la asociación Toile d’ssais, creada en 2004 con motivo de la reapertura del cine Le Club, rue Berthelot. En su sala individual, de autor, hay 256 plazas. “Sí, hay cinéfilos en Douarnenez pero, a pesar de todos nuestros esfuerzos, estamos en una economía muy precaria”, analiza la mujer que admite estar preocupada por el déficit anual. “Creo que la crisis sanitaria ha creado otros hábitos entre determinados espectadores pero el problema del poder adquisitivo no es baladí. No vivimos en una ciudad muy rica”, dice. En 2024, Le Club acogió a 36.569 espectadores.