El personaje de Alice tiene la ventaja de generar un imaginario colectivo, una manera de que todos los miembros entren juntos en el tema a la misma velocidad. El miedo que recorre a los participantes es el de encontrarse con material demasiado codificado: “¿Es posible inventar nuevas historias? ¿No acabamos reproduciendo siempre el mismo tipo de espectáculo a nuestro pesar? Nos hacíamos este tipo de preguntas”, continúa la actriz.
El relato iniciático de Lewis Carroll sirve de punto de partida, pero ha estado sujeto a variaciones: “El mundo de Alicia en el país de las maravillas se repite constantemente, al igual que las ficciones que existen y se mantienen gracias a la repetición de su propia historia”, explica Kim Crofts. El texto original es también una sátira de la sociedad victoriana e impulsamos la mise en abîme buscando en nuestra creación convertirla en una sátira del mundo de la ópera y, en particular, de la producción de ópera. »
Porque el colectivo Operalab busca cuestionar el proceso creativo y reflexionar sobre cómo renovar el género lírico. Estas reflexiones impregnan todos los niveles: “Como compositor, me enfrento necesariamente al problema de reinventar el lenguaje musical”, analiza Nicolas Roulive. Cuando aprendemos técnicas de composición, existe una fuerte tentación de buscar algo nuevo, de encontrar técnicas ampliadas, pero nos topamos con la realidad de lo que puede ser una partitura para un cantante que debe ser capaz de memorizarla. » “La vocalidad es una dimensión estética muy poderosa de la ópera”, añade Inês, cantante del proyecto. El inusual aspecto performativo atrae la atención y asombra al público. » Lou Golaz añade: “Buscamos las grietas y las rupturas en esta vocalidad, que no es sólo un tecnicismo que cumple un propósito. » La futura partitura explora así otras técnicas vocales, en particular las de gritos (voz chillona y agresiva) y gruñidos (voz gutural y cavernosa) asociados con el heavy metal. Particularmente para el personaje de la reina: “Para agregar sonido a su personaje neurótico, trabajamos con Inês en la transición entre las notas cantadas y la pausa, para abrir el universo sonoro de este personaje a otro lugar. » Para este proyecto no se utilizaron instrumentos en el foso sino al fondo del escenario: un cuarteto de cuerda, un cuarteto vocal, una flauta, un saxofón, percusión y dos teclados electrónicos. “También se podrá procesar la voz en directo mediante un asistente electrónico”, explica Nicolas Roulive. “Como director, me parece fantástico poder mantener una conversación estrecha con Nicolas”, añade Kim Crofts. Soñamos juntos. Hay una gran porosidad entre sus ideas musicales y mis ideas escénicas. Como una especie de espejo, la ópera que tiene dos actos tendrá también dos directores, uno por acto. “Es una forma de afrontar aún más nuestras contradicciones”. Con la curiosidad así avivada, tendremos que esperar hasta enero de 2025 para entrar en el país de las maravillas del colectivo OperaLab…
Titular de una maestría en solista de la Haute École de Musique de Genève y una maestría en antropología de la Universidad de Lyon Lumière, Juliette de Banes Gardonne Hizo una carrera como mezzosoprano que la llevó a varios escenarios suizos y franceses. Fundó el Ensemble Démesure y hoy es responsable de la sección de música del Temporales.
“Última expedición al país de las maravillas” en la Comédie de Genève
del 22 al 25 de enero de 2025