Sin publicidad, sin musa, poco conocida por el gran público, con precios que pueden alcanzar los cientos de euros… y sin embargo, los “perfumes de nicho” o la “alta costura” nunca han atraído tanto a mujeres y hombres que quieren sentirse como otros ya’.
“Tenemos un crecimiento absolutamente increíble”, explica a la AFP Julien Sausset, director general de Parfums Marly, que alcanzará unas ventas de 600 millones de dólares en 2024: “El año pasado crecimos más del 50%, este año haremos más del 40%”. %.”
“La gente ya no quiere sentirse como los demás. Quiere emanciparse, afirmar su identidad”, explica, y el mercado “seguirá desarrollándose”. Hoy en día, la perfumería de nicho “representa alrededor del 10 o 12% del mercado de perfumes, pero “tiene un crecimiento del 13% anual cuando la perfumería clásica está entre el 3 y el 5%”.
Marly Parfums, que se vende a partir de 250 euros y principalmente en Estados Unidos, está presente en más de 80 países. En París, la marca abrirá próximamente una nueva tienda en el “Triángulo de Oro”, un barrio “de lujo” del distrito 8, alrededor de los Campos Elíseos y la Avenue Montaigne.
“Lo importante es tener un espacio donde presentar el producto, tener nuestros propios vendedores para participar en la narración” (la narración, nota del editor), explica Julien Sausset.
La marca, creada en 2009 por Julien Sprecher, experto olfativo y apasionado del siglo XVIII, se inspira en “esta época en la que se inventó la perfumería moderna”, “donde Luis XV daba fiestas increíbles en el castillo de Marly”.
Un perfume de nicho también significa “diferentes prestaciones, duración de 12 o incluso 24 horas, mayor calidad de los ingredientes, concentraciones más fuertes, envases que posicionan a estos perfumes en un segmento de lujo”, añade.
Julie El Ghouzzi, autora de “Manuel du luxe”, explica a la AFP que en los años 90, “mientras el perfume se hacía más popular, los perfumistas tenían la impresión de que (todos) elaboraban la misma receta”.
Algunos querían entonces “hacer perfumes diferenciadores” que “explotaran la noción de masculino/femenino y ofrecieran perfumes basados en ingredientes de alta gama, con nombres de ingredientes y no de marcas”, explica.
– Flor de naranjo “cincelada y esculpida” –
“Al no tener los medios para fabricar botellas personalizadas, utilizaron botellas rectangulares de todos modos y tuvieron éxito”.
Luego las casas de lujo “comenzaron a imitarlas”, marcas como Dior o Cartier recurrieron al “código de botella nicho para demostrar que era un nicho”, subraya Julie El Ghouzzi. “Hoy eso cambia un poco con botellas más originales”.
En L’Oréal, donde preferimos hablar de perfumes de “alta costura”, este código de frasco se ha mantenido. El número uno mundial de la cosmética, propietario de licencias de perfumes de consumo (Mugler, Cacharel, Azzaro, Lancôme, etc.), desarrolla para siete de ellos perfumes de “alta costura”.
¿Qué diferencia? “Cuando el consumidor paga 400 euros por una botella con flor de naranjo, nos conviene utilizar una flor de naranjo de alta calidad, en grandes dosis, patinada, esculpida, cincelada”, explica Karine Lebret, directora de la creación de perfumes.
La marca puede variar el aroma según el estilista: por ejemplo, la flor de naranjo “será solar, tratada con el color, la alegría y la luz de Roma” en Valentino; tendrá “un lado estricto, riguroso y directo” para Prada; o “barroco, un poco excesivo” en Yves Saint-Laurent.
“Hoy en día, no hay gran marca que no tenga su propio perfume de nicho”, según Eric Briones, autor de “Generación Z y el lujo”. Al mercado chino y a la Generación Z (nacida entre finales de los años 1990 y principios de 2010) les gusta especialmente, “al contrario” de otros productos de lujo.
Y luego está el “ultra nicho”: Sylvaine Delacourte, ex Guerlain, ofrece perfumes a medida. Después de “una consulta de dos horas” en la que “rebusca en la memoria olfativa de los clientes”, compone durante varios meses un perfume único, vendido por 20.000 euros los 2 litros.
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