Este sábado, a las 14 horas, numerosos espectadores llegan a La Criée con su picnic para participar en Léon Blum Una vida heroica, una obra de teatro intercalada con un baile a las 17.30 horas y un banquete a las 22.00 horas en grandes mesas cubiertas de ropa roja y blanca. manteles de cuadros. En la cola, Léa, treintañera, se unió al juego con su hermana: “Soy un gran admirador del podcast de Philippe Collin, me atrajo“, dijo. Fue realmente una actuación como ninguna otra la que hemos vivido, amigable y cívica, como esperaba Robin Renucci, director de la Criée.
El formato excepcional de nueve horas nos permite adentrarnos en la complejidad histórica de Léon Blum sin reducirlo al tótem del Frente Popular y las vacaciones pagadas de 1936. Estas horas transcurren como un “carta en el correo” gracias al ritmo radiofónico impulsado por Philippe Collin, a los actores profesionales Charles Berling y Bérengère Warluzel y a los aficionados, así como al diseñador Sébastien Goethals que hace revivir ante nuestros ojos episodios históricos: el asunto Dreyfus, la calle las batallas de las ligas de extrema derecha en 1934, la euforia y el despreocupación en las playas durante el verano de 1936, etc.
El sorprendente Charles Berling
El éxito del proyecto se debe, por supuesto, al talento de Charles Berling: encarna sorprendentemente a Léon Blum con su voz fina y sus gafas, su precisión, su lucidez histórica, su coraje físico frente a la violencia de los antisemitas. ataques. La efímera compañía reunida a su alrededor es igualmente talentosa y hace evidente la dimensión cívica del proyecto y evita brillantemente la trampa de la nostalgia. Un coro de estudiantes de secundaria del colegio Domaine des Possibilities de Arles interpreta las canciones L’Internationale, Vas-y Léon, Le temps des Cerises y encarna a la multitud que aplaude o vilipendia a Blum según las circunstancias y los bandos políticos.
Cuatro jóvenes actores que se alternan en la Escuela Regional de Cannes y Marsella (Eracm) interpretan diversos personajes junto a bailarines. Son una prueba contundente en el escenario de la dimensión de transmisión a las generaciones más jóvenes que tiene este extraordinario proyecto teatral.
Ciertas frases vuelven como un estribillo de este político de convicciones. “Hay una cosa que nunca me faltará: resolución, coraje, fidelidad.“, afirmó así. O sobre el tema de las vacaciones retribuidas: “No hay alegría en el trabajo sin alegría en la vida.“
Un humanismo y una rectitud política que entusiasman. Por la noche, la sala pasó a otra dimensión: la fraternidad y el intercambio bajo los silbatos del baile y del banquete que reunió a un público mucho más numeroso de lo que uno podría haber imaginado.