Vanessa Paradis y Samuel Benchetrit son pareja desde hace varios años. Tras conocerse en el rodaje de la película Dog en 2017, se casaron dos años después en una ceremonia íntima en Saint-Siméon. Desde entonces, los dos artistas han multiplicado las colaboraciones: películas, obras de teatro, álbumes… Parecen inseparables tanto en su vida privada como en su vida profesional.
“Estoy aún más atento a él”
Sin embargo, como Vanessa Paradis le reveló a Marie-Claire, su relación adquiere una dimensión completamente nueva cuando trabajan juntas. “En el trabajo ya no soy su esposa, él ya no es mi marido, él es mi director y lo escucho aún más que en la vida. Su palabra, en estos casos, es casi divina“, confió la actriz de 51 años.
Lejos de ser un obstáculo, esta intensa colaboración ha resultado beneficiosa para su relación. Vanessa Paradis dice: “Cuando nos fuimos, Samuel y yo, de gira durante cuatro meses por su obra Maman, la idea de estar juntos todo el tiempo, el día, la noche, en el escenario, en la carretera, nos asustaba, nos parecía arriesgada. . Porque debido a nuestro trabajo, ambos viajamos a menudo, acostumbrados a estar separados. Pero al final esta larga gira resultó ser extremadamente divertida para nosotros. Básicamente, fue una manera muy agradable de pasar tiempo para nosotros dos, quienes amamos tanto estar juntos.“.
Una historia artística común
La pareja inició su colaboración artística con la película Dog, que marcó su encuentro. Luego trabajaron juntas en el largometraje Esta música no suena para nadie en 2021, donde Vanessa Paradis comparte cartel con Valeria Bruni-Tedeschi y François Damiens.
La obra Maman, protagonizada por Vanessa Paradis bajo la dirección de su marido, tuvo un gran éxito en París antes de recorrer provincias y luego regresar a la capital. Samuel Benchetrit también participó en el álbum Les Sources de su esposa en 2018, componiendo seis temas.
A pesar de los temores iniciales, su relación personal parece florecer plenamente en la obra, y los dos artistas logran separar las cosas. Una gran prueba de que el amor y la creación pueden ir de la mano.