Una aproximación filosófica a la vida y la muerte.
Criado por una madre pianista y un padre escritor, la infancia de Cronenberg estuvo llena de creatividad y se sintió atraído por el mundo de la escritura desde una edad temprana. “Me quedaba dormido con el sonido de la máquina de escribir”, recuerda, hablando de la influencia de su entorno artístico familiar. Esta temprana exposición al proceso creativo parece haber inspirado su futura carrera como guionista.
De la curiosidad al cine
Esta experiencia despertó el interés de Cronenberg por el cine, no sólo como forma de arte, sino también como medio de expresión personal. El artista también se inspiró particularmente en la escena cinematográfica underground de Nueva York en la década de 1960, donde los cineastas utilizaban equipos simples rechazando las rutas tradicionales y costosas del cine. “No es necesario trabajar diez años cargando bobinas de película para un productor. No necesitas ir a la escuela de cine. Coges una cámara, tus amigos, algo de película y haces una película, explicó. Hoy en día, con los teléfonos, esto puede parecer anticuado, pero en su momento fue un verdadero desafío técnico. Sincronizar el sonido con la imagen no fue fácil. Pero tenía mucha curiosidad por ver cómo funcionaba”.
Innovando con el cine de género
“Rodé mis dos primeros largometrajes, “Stereo” y “Crimes of the Future” en 35 mm, los filmé, los edité yo mismo e hice que mis amigos actuaran en ellos”.
Su primera película, “Shivers” (estrenada en Estados Unidos como “They Came From Within”), fue una obra pionera en el género de terror. En aquel momento, los canadienses se mostraban reacios a apoyar este tipo de películas, pero el proyecto de Cronenberg finalmente atrajo la atención de los distribuidores estadounidenses, lo que condujo a su éxito. Este éxito permitió a Cronenberg continuar trabajando en Canadá y solidificó su lugar en la industria cinematográfica mundial.
El cuerpo y la tecnología en el cine de Cronenberg
Este tema es evidente en películas como “Videodrome” (1983), “La mosca” (1986) y “Dead Ringers” (1988), donde los personajes sufren inquietantes transformaciones, desdibujando la línea entre humano y máquina o entre víctima y verdugo. .
Un director con visión
La voz única de Cronenberg le ha ganado un gran número de seguidores leales, y su trabajo continúa influyendo en el cine actual. Su voluntad de abordar temas tabú e incómodos y su exploración de los aspectos más oscuros de la humanidad continúan resonando entre los espectadores y cineastas.
Sus películas a menudo han reflejado sus preocupaciones sobre la dirección que está tomando la sociedad, particularmente en relación con el papel de la tecnología en nuestras vidas. Ya sea a través de sus primeros trabajos experimentales o de sus incursiones más recientes en el cine convencional, las películas de Cronenberg redefinieron lo que puede ser el cine de género, y su influencia se sentirá durante muchos años.