El largometraje de hora y media, escrito y dirigido por Divana Cate Radiamick, cuya historia gira en torno a cuatro personas con destinos diferentes que dependen durante mucho tiempo de sueños que tal vez nunca se hagan realidad, es una autobiografía de su autor. El guión comienza principalmente con la historia de Sandra (Aude May), en una relación con un joven que volará a otra tierra natal, con la esperanza de una vida mejor. Durante sus despedidas, los dos amantes se prometen lealtad hasta el reencuentro. Una verdad grabada en Sandra, que impedirá cualquier propuesta de matrimonio, para gran disgusto de sus padres.
Cansados de convencerla, los padres la echan para no sentir vergüenza en quienes los rodean. Al salir, Sandra está convencida de que tiene razón, pero lamentablemente no. Al final no esperó nada, ya que su amante, Patrick (Dinel de Souza), admitirá años más tarde haber seguido adelante. Junto a Sandra, hay otros tres personajes interpretados por Herman Kimpo, Aldelbert Matondo y Louis Moumbounou que esperan, respectivamente, un trabajo satisfactorio, una herencia improbable para un futuro confortable y una muerte rápida que alivie los errores del pasado. A través de esta película se expone la tragedia existencial de ciertas personas para quienes la espera ha jugado un papel desagradable.
Los jóvenes cineastas y directores apasionados por este arte hablan cada vez más del cine congoleño más allá de las fronteras. Divana Cate es parte de esta dinámica que está moviendo líneas. Pocas películas en su haber, pero profesionalmente tiene nobles ambiciones. Detrás de su apariencia tímida y su figura de señorita se esconde una cinéfila. De padres congoleños y residente en Brazzaville, es temperamental y exigente en lo que hace, no hay casualidad ni negligencia y hace más de diez años que se lanzó al cine. Ella, que nunca se imaginó haciendo una carrera en el campo, hoy se encuentra como guionista, directora y productora. En su haber tres películas entre ellas “El Enemigo”, “Esperando” y “Mi Riqueza”.
Apasionada por todo lo relacionado con las imágenes, cada vez que se enfrenta a representaciones que la intrigan busca saber más para comprender mejor. Para alcanzar este nivel, pasó más de años aprendiendo el oficio para perfeccionar sus conocimientos. De enfoque muy filosófico, Divana Cate Radiamick no sólo aspira a compartir historias a través de sus películas, sino que, sobre todo, ha suscitado reflexiones sobre los males que socavan a la sociedad. El cine, cree, también es una forma de terapia en la medida en que los escenarios abordan ciertos acontecimientos de la vida real.
Sobre el tema “Medio ambiente y desarrollo sostenible”, el festival internacional de cine africano y afrodescendiente “Bangui fait son cinéma” reúne en esta quinta edición a cineastas, artistas, directores, productores y profesionales del sector audiovisual procedentes de diferentes países. incluidos Congo, Senegal, Costa de Marfil, Francia, Camerún, Benin, Guadalupe, Gabón, Burkina Faso, Guinea, Marruecos y Ruanda. En torno a proyecciones, debates en conferencias, talleres de formación e intercambio de experiencias, la rica y variada programación de esta edición destaca el poder del cine para sensibilizar, informar y educar al público. A través de estas películas de toda África y la diáspora, el objetivo será celebrar el cine africano como una fuerza que trasciende las fronteras, que une a las personas y tiene el poder de transformar las sociedades. Cada imagen, cada escena, cada emoción es un reflejo de las realidades africanas. Más que un simple entretenimiento, este festival es una herramienta para la reflexión, el cambio y el fortalecimiento de la identidad cultural africana.