Desde la llegada del Homo sapiens a Europa hasta la aparición de los kebabs en las calles francesas, milenios de migraciones han marcado la historia de la humanidad. Para romper con los estereotipos y arrojar luz sobre estos movimientos, el Musée de l’homme, place du Trocadéro, en París, propone la exposición “Migraciones, una odisea humana”visible desde el 27 de noviembre de 2024 al 8 de junio de 2025.
A través de las últimas investigaciones científicas, obras de arte y testimonios conmovedores, explora este complejo fenómeno que alimenta debates e ideas preconcebidas.
En la primera sala de la exposición se marca la pauta. Las paredes, decoradas con palets de transporte marítimo, evocan inmediatamente la migración. En el centro, una llamativa obra de la fotógrafa española Cristina de Middel da la bienvenida a los visitantes: una potente imagen de un migrante, con la capa al viento, representado como un superhéroe. Esta fotografía, que permanecerá contigo durante toda la exposición como un hilo conductor, plantea inmediatamente una pregunta crucial: ¿cuáles son nuestras opiniones sobre la migración?
Sin buscar idealizar o simplificar el tema, los curadores, en colaboración con científicos, ofrecen una exploración divertida y enriquecida por datos numéricos y archivos, para abordar este fenómeno complejo y proteico.
La primera parte se centra en los términos que utilizamos, porque la migración es ante todo una cuestión de lengua. ¿Quién puede realmente definir con precisión la diferencia entre inmigración, migración y emigración? Cada palabra revela una faceta única de una experiencia que es a la vez universal y profundamente personal.
Se invita a los visitantes a explorar los viajes únicos que dan forma a cada existencia. Al igual que personajes famosos como Maria Casarès, Mélinée Manouchian o Rudolf Nureyev, estas historias se mezclan con las de personas anónimas. Rosa, ingeniera siria especializada en prevención de riesgos, que pasó por Guyana antes de establecerse en la Francia continental, y Diallo, originario de Mali, llegó a Francia a los 16 años tras huir de dificultades familiares y cruzar el Mediterráneo a través de Argelia y España encarnan el vínculo entre extraordinarias trayectorias y vidas ordinarias. Estas cautivadoras historias se revelan a través de videos que recorren cada paso de su viaje.
Estos testimonios ilustran la diversidad de los viajes: los motivos de la partida, los desafíos de la integración y las tragedias que marcan estos viajes. Estas historias nos recuerdan que la experiencia migratoria es múltiple y que no podemos reducir este fenómeno a estereotipos. También muestran cómo las opiniones sobre la migración difieren según los orígenes o las circunstancias.
Y los científicos señalan que la migración es un movimiento físico, pero no sólo eso. Los hombres se movían, se movían y se moverán nuevamente. “En migrante existe el sufijo -ant, que sugiere el participio presente, es decir el movimiento que continúa, una continuidad”subraya Sylvie Mazzella, socióloga especializada en inmigración y directora científica de la exposición.bPara deconstruir ideas preconcebidas y evitar clichés, la exposición utiliza diagramas sencillos y representaciones visuales llamativas.
Los pequeños personajes coloridos dispuestos alrededor de un planisferio ilustran esta distribución y ponen de relieve una realidad que contradice el discurso del odio: el 4% de los habitantes del planeta no viven en el país donde nacieron. Invirtiendo la cifra, el sociólogo sostiene “En otras palabras, el 96% de las personas viven en el país en el que nacieron. Una cifra puede cambiar la percepción y la magnitud del fenómeno”.
La exposición impacta la mente apoyándose en imágenes y objetos de fuerza impactante, como un chaleco salvavidas con la imagen de La reina de las nievestrágico símbolo de un drama intergeneracional en un mundo globalizado. Al combinar pedagogía visual y figuras contextualizadas, arroja luz sobre la migración como un fenómeno universal, arraigado en la historia de la humanidad, al tiempo que deconstruye las ideas preconcebidas que a menudo se transmiten.
Un vídeo rastrea las migraciones desde el Neolítico, destacando cómo los movimientos humanos, desde el “salir de África”han enriquecido a las sociedades con innovaciones, nuevas ideas y un patrimonio cultural invaluable. Mezclando cultura popular y antropología, la exposición teje un viaje fascinante, desde el diente de leche de Neandertal descubierto en Charente hasta la voz cautivadora y sincrética de Cesaria Evora. Revela el entrelazamiento de civilizaciones y la profundidad del tiempo, enfatizando que la historia humana es un tejido complejo donde cada individuo lleva dentro de sí las huellas de migraciones pasadas.
La última sala celebra los aportes culturales vinculados a la migración. Objetos e imágenes dan testimonio de estos fructíferos intercambios: un grabado del siglo XVIII de fresas chilenas junto a un asador de kebab o una pizza hawaiana de tamaño natural. Estos ejemplos, que combinan antropología y cultura pop, nos recuerdan que nuestras sociedades se basan en flujos constantes de ideas y prácticas.
“Migración, una odisea humana”, hasta el 8 de junio 2025, en el Museo del Hombre, en París.
