Tras los conciertos en Londres y Luxemburgo, la gira europea de la Orquesta Sinfónica de Montreal (OSM) se detuvo el viernes en la Filarmónica de París, presentando el Sinfonía alpina por Richard Strauss, en lugar del Fantástica sinfoníay el Concierto para piano de Schumann con Daniil Trifonov. Ante un auditorio abarrotado, orquesta y director, en comunión, interpretaron apasionadamente una sinfonía straussiana, cautivando a un público asombrado y estupefacto.
Hay un efecto musical de la orquesta en gira. La autotrascendencia puede entonces convertirse en trascendencia musical. Esto es exactamente lo que ocurrió con el concierto de OSM el viernes por la noche en la Filarmónica de París, una de las salas más bellas y generosas del mundo. Los parisinos han descubierto el tándem OSM-Payare y no hay duda de que pedirán más. Para nosotros, observadores diarios, fue muy conmovedor ver a estos rostros conocidos luchando y literalmente peleando con sus instrumentos para celebrar la grandeza de la música.
la magia
Y sin embargo, por la mañana, durante el ensayo, no salió nada: una sinfonía de Strauss “giró” sobre los muy buenos cimientos de la presentación realizada en Montreal. Pocas indicaciones o interrupciones por parte del director, pero una observación sobre la escucha y el encajamiento de las frases al principio y, en particular, una pequeña incitación a un sonido generoso aquí y allá, el manteca de cerdo vienesa (Cremosidad vienesa) Straussian convirtiéndose en boca de Rafael Payare en “un poquito de sirope de arce”.
Por la noche, sin embargo, fue una transfiguración de tal impacto emocional que durante mucho tiempo nos interrogó sobre cómo describir y conceptualizar, para lectores lejanos, lo que debemos llamar el “fenómeno Payare”.
Como escribe el sociólogo Jean-Marie Brohm en su obra Ontología fenomenológica de la música.“el concierto de música clásica puede, en determinadas circunstancias específicas, adquirir el carácter de una colaboración mágica”. Brohm cita al autor Marcel Mauss sobre una descripción que se puede aplicar a la orquesta: “Ya no hay individuos. Son, por así decirlo, partes de una máquina”. Éste está animado por un movimiento, “la expresión de un estado mental en el que la conciencia de cada uno está monopolizada por un único sentimiento, una única idea alucinatoria, la del objetivo común”.
“Resulta”, escribe Jean-Marie Brohm, “que ciertos directores de temperamento dionisíaco han percibido perfectamente el poder trance de la música. » Al momento de contratar a Rafael Payare, destacamos el interés de tal perfil para romper con el mandato anterior. Figura emblemática de los líderes dionisíacos, Charles Munch, en soy conductordescribe “esta exaltación interior, esta llama devoradora, este magnetismo que debe hechizar tanto a los músicos que dirigimos como a los oyentes”.
Así fue el concierto de OSM en París y esa es la esencia del arte de Rafael Payare, que llevará a esta orquesta a alturas que ni siquiera podemos imaginar. Su preparación permitió un ritual mágico. Dos ejemplos. Primero, una transparencia orquestal cada vez mayor, incluso en el tumulto y la masividad de Strauss. Resalta una inesperada audacia armónica de Strauss. Luego, un momento musicalmente extático, justo después de la tormenta que conduce al atardecer, donde el director amplía la respiración más de lo habitual, lo que permite a los violines lanzar su ataque con mayor intensidad. Payare nunca había llegado tan lejos, pero podía permitírselo ya que todos lo seguían. Los colores mostrados por la orquesta fueron gloriosos y abrumadores.
El público, del que no se filtraba ningún ruido, aplaudió esta monumental actuación, precedida por Cada árbol habla de Imán Habibi te de un Concierto para piano de Schumann tan introvertido como siempre, pero con el primer movimiento mucho más lógico y mejor equilibrado que en Montreal, siendo la brillante tercera parte lo más destacado de la versión de Daniil Trifonov. Este último, a modo de bis, interpretó un Jesús que mi alegría permanezca en ingravidez sobre un Steinway de muy rara belleza y perfecto equilibrio.
Christophe Huss es el invitado de OSM durante la gira europea.
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