Bottega Veneta hace una entrada notable en el mundo de la alta joyería bajo el liderazgo de su director artístico, Matthieu Blazy.
Reconocida por su excepcional artesanía y su dominio del cuero, en particular el icónico “intrecciato”, la casa italiana alcanzó un nuevo nivel de sofisticación con su primera colección de joyas.
¿El marco elegido? Venecia, en un palacio del siglo XV donde se entrelazan el pasado y la vanguardia, un eco perfecto de la estética y la filosofía del diseñador. “Siempre hemos buscado lo excepcional. Extender nuestro know-how a la joyería era obvio“, confiesa.
Esta colección inaugural, dividida en cuatro líneas: Drop, Catena, Primavera y Enlaced, incluye quince piezas diseñadas como obras de arte.
Lejos de los caminos trillados, del clasicismo esperado, se destaca por su capacidad de reinventar la tradición.
Los pendientes en forma de gota, firma de esta colección, cautivan por sus juegos de luces y su espectacular ligereza.
“La idea era clara: piezas imponentes pero aireadas, que captan la esencia del mundo, como una gota de agua.“, explica Matthieu Blazy, rindiendo homenaje a Brâncuși y al espíritu libre de Studio 54.
Mientras el mercado de la joyería fina está en auge, Bottega Veneta aborda este nuevo universo con humildad y profundidad, viendo la joyería como un patrimonio emocional, lleno de significado y memoria.
Fabricadas en Vicenza, cuna de la joyería italiana, estas creaciones combinan un saber hacer ancestral y una modernidad radical.
Inspirándose en la naturaleza y sus formas orgánicas, Matthieu Blazy transforma los detalles de su jardín milanés en maravillas únicas, donde las espinas y la suavidad se entrelazan.
Cada elemento, ya sea una pulsera de cadena gruesa o un anillo con curvas tachonadas de destellos, susurra una historia.
Venecia no es sólo un escaparate: ella es el corazón mismo de esta revelaciónel alma que da vida a las creaciones.
Aquí, cada joya se convierte en una experiencia, una promesa de exclusividad y personalizaciónun fragmento único de uno mismo.
A partir de 2.500 euros, estas piezas, que se pueden encontrar en el sitio web oficial así como en una selección de boutiques, reflejan su singularidad y el impacto emocional que conllevan.
“No hagas nada que no haga latir tu corazón“, le gusta recordar a Matthieu Blazy a sus equipos, fiel a su búsqueda de lo esencial.