La fiscalía pidió el miércoles la liberación de un activista medioambiental, juzgado en París por haber pegado un cartel al cuadro “Los Coquelicots” de Claude Monet en el Museo de Orsay para denunciar el cambio climático.
Este activista de 22 años fue juzgado ante la 17ª sala penal del tribunal judicial de París por daños intencionales a bienes culturales.
La obra “Los Coquelicots” del pintor Claude Monet, expuesta en el Museo de Orsay en el marco de la exposición “París 1874. Inventar el impresionismo”, estaba protegida por un “plexiglás” y “afortunadamente se salvó”, insistió el fiscal. solicitando la absolución por los daños al cuadro.
Los hechos se remontan al 1 de junio de 2024. Hacia las 10:00 horas, una joven vestida con una camiseta blanca en la que estaba escrito “+ 4°C, diablos”, colgó en la pizarra una pegatina roja, “alrededor de 50 centímetros de largo” representando un paisaje apocalíptico, antes de pegar la mano a la pared.
El acusado, que es activista del movimiento Food Response (antes Last Renovation), pronunció a continuación un discurso en el que describió el “infierno” que espera a la población en caso de inacción de los gobiernos ante el cambio climático.
La pintura fue retirada y cuidada por un restaurador que no notó ningún daño.
La joven quedó bajo custodia policial.
La escena, filmada en vivo, fue retransmitida en la cuenta Riposte Alimentaire X, que defiende la alimentación sostenible y que intensifica sus acciones desde hace varios meses.
En la audiencia, la joven reconoció los hechos y aclaró que la idea de esta acción era presentar el “contraste” entre “un cuadro impresionista que sublimará la naturaleza” y el hecho de que al “continuar así”, esta belleza “ya no existirá más que en las pinturas”.
Sin embargo, aseguró que “si no hubiera habido ventana, la acción de resistencia civil” no se habría dado.
El Museo de Orsay, convertido en parte civil, valoró durante la vista sus daños materiales en 27.788 euros, debido a los trabajos de retirada del cartel del cristal protector y al cierre de la exposición.
La defensa argumentó a favor de la absolución al considerar que “condenarla constituiría un ataque desproporcionado a su libertad de expresión”.
El activista ya había sido condenado en 2023 a dos meses de prisión suspendida y a un período de formación para la ciudadanía por actos similares.
En este caso, inicialmente iba a ser juzgada en comparecencia inmediata, pero había solicitado tiempo para preparar su defensa.
La sentencia ha sido reservada y se dictará el 21 de enero.