lo esencial
Esta semana, cinco artistas y cinco perros aterrizaron en el escenario del Théâtre de l’Usine, en Saint-Céré, en residencia. El objetivo: crear un espectáculo en una cala donde perros y humanos compartan protagonismo.
Paulette escucha atentamente la discusión entre Diane y Vladimir. Sigue a sus interlocutores con la mirada y parece querer intervenir. Aquí lo hace: recompensa a sus compañeros de circo con un ladrido resonante. Sí, Paulette es una joven border collie. Una estrella como ninguna otra. Porque en el escenario, son ella y sus amigos caninos los que son populares.
Esta semana, el Théâtre de l’Usine, en Saint-Céré, acogió en residencia a la Cie des Plumés para la creación de su espectáculo “Ouiiiii”. Detrás de esta idea, Diane Dugard. Ha trabajado en escena con animales durante más de diez años. “Desde pequeña me encantan los animales de granja. Tengo formación circense, fui acróbata. En un libro vi unas máquinas locas: un piano de pollo. ¡Me dije que era una idea genial!”, sonríe. Diana. Sin pensarlo dos veces, salva dos pollos del matadero cercano a su casa y comienza a hacer un pequeño número de campana. “Creó mucha emoción así que me lancé con todo”, y desde entonces ha creado numerosos espectáculos en el escenario con gallinas, patos… y también perros. Todo empezó con Boby, pero cuando se jubiló, Paulette se hizo cargo.
Basándose en su experiencia, Diane invitó a otros cuatro artistas al escenario para crear un colectivo de artistas y caninos. En ella participan Vladimir Couprie y su perro Alba, el dúo Bonito (Raquel Esteve Mora y Nicolas Bernard) y su perro Woody, así como Lotoise Annabelle Bonhomme, del circo Effiloché, y su perra Tina. Una gran aventura entre hombres y perros, para mostrar el vínculo que los une. El objetivo: mostrar otra cara de la doma, que aquí se vuelve poética. El énfasis está en el juego y la complicidad.
“Los perros siempre están en el momento”
Este jueves, último día de residencia, la compañía ocupa el escenario de Saint-Cerenne. Croquetas en el bolsillo para premiar a los perros, tan inteligentes como una imagen. Rascar y acariciar son ilimitados. El colectivo trabaja en un escenario en particular: el del restaurante. Tina y Paulette están sentadas a la mesa y sus dueños juegan con las manos, dando la divertida impresión de que los perros tienen brazos humanos. “Lo he estado haciendo desde siempre y Annabelle tomó este número a su manera, ¡así que decidimos hacerlo juntas!”, comenta Diane Dugard. Llega la hora de comer. Se sirven los guisantes en salsa y los dos perritos devoran todo sin pedir el resto. Tanto es así que les cuesta un poco concentrarse durante el resto del número. “No es la comida adecuada. Normalmente, Tina come judías verdes y espaguetis Paulette. Será mejor a esa hora, tendrán menos narices en el plato”, comenta Annabelle. Ami Hattab, la perspectiva exterior, da algunos consejos: “Tenemos la base, ahora tenemos que trabajar en la memoria y revisar algunos elementos”. Una valiosa ayuda para la tropa. Todavía hay tiempo para ajustes técnicos y escribir nuevas escenas.
“Annabelle interpretará a una mujer burguesa deprimida consolada por su perro, Vladimir la alegría de encontrar a su perro después de una pérdida y yo viviré cosas absurdas, siempre un poco desordenadas”, dice Diane. El objetivo: confiar en las fortalezas y diferencias de cada uno. “Los perros son realmente nuestros compañeros. Queremos mostrar momentos de la vida, porque los perros están siempre en el momento, en los encuentros, en la ternura… A nuestros compañeros de cuatro patas les gusta realizar sus actos, es un juego para ellos”, continúa el circo. artista.
¿Y cómo se entrena a los perritos? “Es un gran refuerzo positivo”, dice Diane. De ahí el título del programa “Ouiiiii”, el primer marcador vocal de aprendizaje canino positivo. Lo más importante: prestar atención al bienestar del animal. El artista de circo toma el ejemplo de la orden “vergüenza”: con estas palabras, el perro esconde su nariz con sus patas. “Boby lo hace acostado y Paulette sentada porque no le gusta la otra posición”, sonríe Diane. En este espectáculo, perros y humanos son iguales y comparten escenario juntos para mostrar toda la complicidad de estas relaciones entre hombres y caninos. Una gran lección de vida, llena de humor.