Christine Bravo vivió un calvario con la espalda bloqueada a nivel lumbar, una condición que ella misma describe con humor como “cosa de viejas”. Después de intentar aliviar sus dolores con un corsé de hierro hecho a medida durante tres meses, analgésicos e infiltraciones, finalmente decidió operarse el pasado 8 de noviembre.
La ex conductora de “Frou-Frou” compartió su experiencia con franqueza y su humor habitual. El día antes de la operación, hablando en RTL en “Les Grosses Têtes”, animó a quienes, como ella, padecen enfermedades del disco entre las vértebras L4 y L5 a considerar la operación. Aunque, según ella, resulta pesado e intimidante. “Les van a joder las vértebras, como les hacen a los viocs”, dijo, fiel a su sentido de autodesprecio. La operación, denominada artrodesis lumbar, consiste en soldar las vértebras para inmovilizarlas.
Para Christine Bravo, esta intervención se produjo después de meses de intensos dolores, durante los cuales estuvo “en cama sin parar con analgésicos”, como confesó en Instagram el pasado mes de mayo. Cuando los tratamientos convencionales fracasan, la artrodesis puede aliviar el dolor y mejorar la movilidad, pero el proceso de recuperación es largo y difícil. La convalecencia requiere un mes de reposo estricto, acompañado de dolores importantes.
El 11 de noviembre, desde su cama de hospital, la conductora de 68 años compartió un mensaje en Instagram donde describió su situación con su habitual tono cáustico: “¿Duele? no, es simplemente horrible. Acaban de atornillar 2 estacas de titanio entre 2 vértebras, nivel L4/L5. Se llama artrodesis”. Con su humor mordaz, añadió: “Comparado con eso, el acuartelamiento de Ravaillac fue emocionante”.