Esta diversidad se puede encontrar en los stands de las librerías, donde se pueden encontrar tanto clásicos franco-belgas (Astérix, Lucky Luke, etc.), como cómics más recientes (Lou, Kid Paddle, etc.), y novelas gráficas (“ Carnets d’Orient”).»…) o mangas (“Naruto”, “Dragon Ball”…). Evidentemente, buscamos complacer a todos los públicos.
Una dedicatoria no es un debido sino un regalo del autor”
Pero el festival se caracteriza sobre todo por la cuarentena de artistas que firman, entre ellos nombres bien identificados localmente, como Éric Liberge, Éric Corbeyran, Espé y Katia Even. Se forman varias colas, con instrucciones muy claras dadas por los organizadores: una dedicatoria no es una deuda, sino un regalo del autor; los niños tienen prioridad; El acceso a los fichajes está condicionado a la compra de un libro nuevo en el stand de un librero asociado.
Por este lado, las cosas parecen ir bien. “El fin de semana es boyante en un contexto de inflación. La gente siempre es cuidadosa con sus gastos”, estima Danica Urbani, directora de Dadoclem, una editorial de Burdeos especializada en libros para el público joven. Y en particular obras bilingües. “A nuestro nivel, intentamos que la gente entienda que nos enriquece el conocer diferentes culturas. »
Más adelante, el diseñador Shang completó el stand, donde presenta sus cómics sobre airsoft, con una pequeña exposición sobre este juego de simulación de combate que utiliza réplicas de armas de fuego. “El alcance es de hasta 30 metros, pero las bolas no duelen más que las cápsulas de paintball”, explica en modo promocional.
Mientras que Gilles Pascal, diseñador afincado en Saint-André-de-Cubzac, habla tanto de cómic como de música con la serie de álbumes de Pink Floyd y Otis Redding en la que participa.