“The Long Shadow” en Polar+, tras los pasos de “el Destripador de Leeds”

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Peter (Mark Stobbart) y Olive Reivers (Leah Walker) en la serie “The Long Shadow”, creada por George Kay. ALL3MEDIA

POLAR+ – LUNES 20 DE MAYO – 8:55 P.M. – MINISERIE

Puede que los británicos los produzcan en una cadena de montaje, pero algo sucedió en el ámbito de los thrillers. Algo de inversión de la mirada, de distanciamiento del horror y del goce que suele producir en el espectador.

La culpa es del #metoo, obviamente, y de una conciencia generalizada de los creadores de imágenes, que han confirmado su responsabilidad en el despliegue de violencia contra las mujeres. La larga sombra propone, a través del prisma de la ficción, abrirnos los ojos al caso del “Destripador de Leeds”, un asesino en serie que aterrorizó al Reino Unido en los años 1970.

Atmósfera lluviosa, ciudad industrial asolada por la pobreza, tomas con poca luz y encuadres amenazadores: estamos en un terreno familiar. En Leeds, al norte de Inglaterra, el descubrimiento en 1975 del cuerpo de Wilma McCann, una madre pobre obligada a prostituirse, no causó mucho ruido. El inspector encargado de la investigación insiste en que no se mencione en la prensa sus actividades remuneradas. A pesar de su delicadeza, el asunto pronto fue objeto de desprecio e indiferencia. Nadie hizo la conexión, pero, en esa fecha, la policía ya conocía al asesino de Wilma McCann.

Cinco años de investigaciones

Lo que sigue es tristemente banal. El asesino sigue haciendo estragos, sembrando el pánico en los barrios obreros de la ciudad. “Quédense en casa, manténganse a salvo” (“Quédate en casa, mantente a salvo”), proclaman carteles colocados por toda la ciudad, obligando a las mujeres a encerrarse. Sobre todo porque el psicópata cambia a veces de ciudad (pero no de modus operandi) y un cuervo perturba una investigación ya complicada por la falta de perspicacia de los investigadores, que también hacen un uso dudoso de sus colegas femeninas (mejor mecanógrafas, cebo para intentar acorralar al agresor en el peor de los casos.

La larga sombra recorre así cinco años de investigaciones a la luz de las fallas sistémicas que permitieron operar al “Destripador”. En lugar de descender a la oscuridad (no veremos ningún cadáver, y mucho menos desnudos), la serie da un rostro y una historia a las víctimas. Obviamente pensamos en sambrela serie de Jean-Xavier de Lestrade sobre el violador Dino Scala, aunque la narración de La larga sombra encaja en una forma más conservadora.

En todos los casos, se trata de situar a las víctimas en el centro de la historia, y no ya al asesino. La larga sombra lo utiliza con cierta radicalidad, evacuando al personaje en algunas escenas. No se dirá nada sobre él, a riesgo de convertir a este hombre llamado Peter Sutcliffe, fallecido en prisión en 2020, en una encarnación casual de la banalidad del mal.

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