La información la publicó en su perfil de Instagram, acompañada de una foto suya y una pequeña frase: “Isabelle de Borchgrave nos dejó rodeada de sus seres queridos.“
Isabelle de Borchgrave dejó la escuela a los 14 años. “Con mi padre todo estaba permitido, era simpático, divertido”.explicó a La Libre el año pasado. “No me ayudó en nada, pero teníamos total libertad si no hacíamos olas… Bueno, os podéis imaginar que todavía era “invisible” dejar el colegio a los 14 años, para ir a la Academia. ¿Y para hacer qué? Dibujar, dibujar, dibujar”.
A los 17 años, “sin un céntimo”, se instaló en un ático encima de Wittamer, en Sablon, y realizó, en tinta china, un catálogo de objetos. “Dibujé todo lo que sabía hacer: una caja de detergente OMO, un par de zapatos, flores en un jarrón, una invitación. Y agregué: “Si algo te interesa, llámame.” En su pequeño taller bajo el techo de la calle Sainte-Anne, Isabelle, que todavía no es de Borchgrave sino de Jacobs, se sienta junto a su teléfono, esperando que suene.
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