Durante su primera reunión, en el Athénée Royal Marguerite Bervoets, en Mons, el grupo de facilitadores se sentó en un gimnasio frente a un centenar de estudiantes, todos impacientes por escuchar las palabras de los diferentes interlocutores. María del Río volvió entonces a su propia experiencia. “Yo era una niña acosadaYo, comienzo-t-elle. Yo era una persona muy tímida, era alguien que no se atrevía a hablar. Tan pronto como tuve que pasar al frente de la clase para hacer una presentación, mis amigos supieron que yo era el más tímido de la clase así que empezamos a reír, nos burlamos, me miramos, me juzgamos. Y no fue una vez, no fue dos veces, fue sistemáticamente. Tanto es así que era un buen estudiante y como buen estudiante ya no me atrevía a tener buenos puntos. Ya no me atrevía a demostrar que tenía puntos bonitos porque sabía que eso me afectaría.“
“La vida a veces se compone de imprevistos…”: María del Río anuncia malas noticias a un campesino en “El amor está en el prado”
Conmovido, el presentador continúa. “Verás, hoy soy una gran dama y, sin embargo, todavía me conmueve tanto. Porque cuando eres una niña o un niño, cuyos amigos, a veces dos y a veces muchos más, se burlan todo el tiempo y bueno, es algo que deja huellas para toda la vida..”
el presentador de El amor está en el prado. explica, sin embargo, que tuvo dos oportunidades. “La primera es que me atreví a hablar de ello. Es por esto que si te encuentras en esta situación en la que sientes que estás siendo maltratado, acosado o se burlan de ti, debes atreverte a hablar de ello. Porque tienes derecho a hablar de ello. No eres un matón por eso. Tienes derecho a no sentirte bien. Y tienes derecho a sentir que lo que está pasando en tu contra no tiene gracia. Entonces tienes derecho a decirlo. La segunda oportunidad que tuve fue que en ese momento no había redes sociales”.
Interrogada por un estudiante sobre el tema, María del Río declaró sin embargo que nunca tuvo pensamientos oscuros tras el acoso que había sufrido. “No pensé en el suicidio porque cuando llegué a casa, entré en mi capullo. Encontré mis muñecas, mis barbies, hice mis pequeñas actividades.“, explica.
De regreso a casa, la conductora compartió su estado de ánimo respecto a esta primera jornada de concientización. “Fue muy inquietante verlos atentos, preocupados, impactados, con preguntas sumamente relevantes, interesantes, a veces inquietantes. Reacciones también. No perdimos de vista ciertos ojitos que se empañaban. Sentimos que estaba reflejando“, dijo antes de agregar: “Una vez más me digo a mí mismo que si el trabajo que hacemos se puede utilizar incluso para ese propósito, es una victoria.“