“André Campra, Misa de Réquiem y Los Maestros de Notre-Dame de París”, un hermoso homenaje a la Dama de Piedra

“André Campra, Misa de Réquiem y Los Maestros de Notre-Dame de París”, un hermoso homenaje a la Dama de Piedra
“André Campra, Misa de Réquiem y Los Maestros de Notre-Dame de París”, un hermoso homenaje a la Dama de Piedra
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En el siglo XVII, los compositores trabajaban en Notre-Dame… El más famoso, André Campra, está aquí divinamente rodeado de sus predecesores poco conocidos.

Sébastien Daucé y el conjunto Correspondances en la Sainte-Chapelle, de París, en 2023. Foto Olivier_Ldp

Por Sophie Bourdais

Publicado el 29 de septiembre de 2024 a las 4:00 pm

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l¿Puede la música ayudar a sanar las catedrales heridas? Es posible que Sébastien Daucé y su conjunto de Correspondances hayan planteado esta hipótesis al decidir observar, después del incendio de 2019, a los maestros de capilla que se sucedieron en Notre-Dame de París entre 1640 y 1700. Su programa gira en torno al ahora famoso Misa de Réquiem, de André Campra (1660-1744), destinado en Notre-Dame de 1694 a 1700. Las condiciones de creación de esta obra maestra siguen siendo un misterio. Campra lo habría dado por primera vez no en Notre-Dame, donde su mandato acababa de verse truncado tras la creación de su ópera-ballet. La Europa galante, pero en una iglesia más modesta, sin duda menos sensible al sellamiento de lo profano y lo sagrado, y más capaz de aceptar el lirismo deOfertorio y elAgnus Deio los aromas danzantes de Lujo eterno

El drama queda contenido en este Réquiem pacífico, entre hedonismo y espiritualidad, donde la liturgia romana está impregnada de la luz cálida que tanto aprecia el nativo de Aix-en-Provence. Sébastien Daucé arroja esta luz sobre estos predecesores. Antes de Campra, Jean Veillot, François Cosset, Pierre Robert y Jean Mignon se encargaron de que a la Maîtrise de Notre-Dame no le faltara música para cantar. Al igual que los Aixois, varios de ellos se unieron más tarde, fuertes en la profesión construida en París, Versalles y su capilla real. en prólogo a Réquiem de Campra, Daucé ofrece extractos de una elegante misa de Cosset, completada por él, donde se pide debidamente al Señor que proteja al rey (Señor salve al rey). Estos extractos se entremezclan con otras piezas de Veillot, Mignon y Robert (magnífico motete Cristo Redentor de todos), entre la polifonía mixta y el canto llano masculino. Bajo la experta dirección de su director, el rompecabezas de voces corales y solistas continúa recomponiéndose. Entre los cantantes, a todos los cuales queremos mencionar por su admirable expresividad y belleza vocal, reconocemos con placer el contralto cobrizo de Lucile Richardot (ex miembro de la Maîtrise de Notre-Dame), la luminosa soprano de Caroline Weynants… Y descubrimos con alegría nuevas voces, como aquella, con suntuoso legato, del barítono François Joron.

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