“Siete horas de conducción en un día”
El lugar es de pago y la cola es un poco larga, pero hace falta más que eso para desanimar a los fans de la serie. “El autógrafo más la foto cuesta treinta euros pero comparado con encuentros más oficiales, como los festivales de Harry Potter, no es mucho”, explica Jeanne, con su varita mágica en las manos.
La distancia tampoco es un problema. “Ya estábamos aquí en enero, ahora conocemos el camino”, bromea Matthieu, un hombre de Tours que viajó para encontrarse con Mark Williams. Siete horas de coche, de todos modos.
Elina y su madre Célia vinieron desde Creuse para conocer al actor.
O.G.
Para Célia y Elina, el viaje no fue en vano: “Estamos a tres horas y media de casa, en Creuse, así que decidimos pasar un fin de semana en Burdeos al mismo tiempo”, cuenta la mujer de cuarenta años. También fue una oportunidad para pasar tiempo como madre e hija. “Yo era una gran fan de Harry Potter y estoy encantada de que Elina tome el relevo”, se alegra mirando a su hija de once años.
“Más que una tienda, una comunidad”
Este lado intergeneracional se refleja en la larga cola que se forma frente a la tienda. Un bebé con un rayo en la frente se codea con parejas de cincuenta años con pañuelos coloridos con los colores de Hogwarts.
Julián, de 2 años, es el más pequeño de la fila que vino con su madre Emmanuelle.
O.G.
