Al aceptar la oferta del Union Saint-Gilloise, Sébastien Pocognoli sabía que la tarea no sería sencilla.
El club venía de varias temporadas luchando por el título y, sobre todo, de una temporada marcada por la victoria en la Copa de Bélgica. Llegando más tarde que sus antecesores y con un grupo que una vez más había perdido elementos importantes, era necesario reconstruirse.
Desaparecido del radar
Lo que genera dudas son los jugadores experimentados que no necesariamente son utilizados por el técnico unionista. Este fue el caso de Loïc Lapoussin por razones que conocemos. Y si finalmente el malgache ha regresado al grupo, hay un jugador que ha desaparecido del radar.
No elegible para competiciones europeas, Lazare disputó su último partido el 19 de octubre. Desde entonces, no ha habido más rastros del marfileño en el Union Saint-Gilloise y los cuartos de final de la Copa de Bélgica en Amberes estuvieron incluso marcados por una posición en la grada del jugador.
demasiada competencia
De ahora en adelante, parece seguro que Lazare no volverá al once inicial. Primero cedido por el Charleroi y luego vendido por el Sporting en 2022, tiene contrato hasta 2027 pero su aventura podría terminar este invierno si llega una buena oferta. Es su entrenador quien lo reconoce él mismo, explicando que es un jugador que aspira a jugar más.
‘Poco’ añade que la competencia por su puesto le obligó a tomar una decisión y por tanto fue Lazare quien pagó el precio de esas fuertes decisiones. Por tanto, queda por ver quién se presentará por aquel cuyo valor se estima en 3,5 millones de euros. Por el momento no hay pistas concretas, pero las cosas podrían cambiar bastante rápidamente.
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