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Nuestros pensamientos están con Rafaël Harvey-Pinard y su familia

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Nuestros pensamientos están con Rafaël Harvey-Pinard y su familia.

Las puertas de la NHL parecen haberse cerrado para el atacante, pero el quebequense no tiene intención de darse por vencido.

En una época marcada por desafíos profesionales, encuentra una nueva forma de brillar, esta vez en el centro de atención de una asociación inesperada pero significativa.

Harvey-Pinard es ahora la cabeza de cartel de la nueva campaña publicitaria de Laboratorios Gillette en Quebec, un papel que celebra su resiliencia, su historia y su compromiso con su comunidad.

Esta colaboración no es sólo un anuncio; cuenta una historia. La de un joven que, a pesar de los contratiempos en el hielo, sigue manteniéndose erguido, con orgullo y determinación.

“Esta asociación está cerca de mi corazón porque cuenta mi historia”. dice Harvey-Pinard.

Esta historia, marcada por momentos de duda y lucha, encuentra eco en su vida diaria, donde se esfuerza por mantener su confianza, independientemente de los desafíos.

En el anuncio titulado el besoencontramos a Harvey-Pinard usando la navaja Laboratorios Gillettesímbolo de un nuevo comienzo, aquel que va a entregarle una pizza a su tía.

El gesto es sencillo: un afeitado suave y preciso, seguido de un cálido saludo, un pico en la mejilla, símbolo de la cultura quebequense.

Este ritual, profundamente arraigado en su identidad, se convierte en una metáfora de su estado de ánimo: comenzar cada día con cuidado, coraje y determinación, listo para enfrentar el mundo.

La campaña se basa en momentos íntimos de la vida de Harvey-Pinard, incluido su tiempo en la pizzería de su familia durante la pandemia de 2020.

Mientras el hockey quedaba en suspenso, optó por apoyar a quienes lo rodeaban, demostrando una vez más su apego a sus raíces y su capacidad para afrontar desafíos, incluso fuera del contexto deportivo.

Esta conexión con la familia y la comunidad se refleja en la publicidad, donde su gesto de besar se convierte en un símbolo de respeto y cariño.

Al elegir construir su carrera en Quebec, Harvey-Pinard nos recuerda que es mucho más que un jugador de hockey: es un embajador de la cultura y los valores de Quebec.

Esta asociación con Gillette no es una filtración, sino una declaración. Harvey-Pinard envía un mensaje claro: no se da por vencido, aunque esté pasando por una época que pocos jugadores profesionales de hockey se atreven a imaginar.

Con sólo 25 años, el quebequense vio cómo su sueño de la NHL se apagaba poco a poco, sofocado por una serie de lesiones, malos resultados y una creciente incertidumbre sobre su futuro en el mundo del hockey.

Para él, pero también para su familia, estos últimos meses han sido una verdadera prueba de vida. Los desafíos físicos, emocionales y financieros que enfrenta sacudirían incluso las mentes más fuertes.

En 2023, Harvey-Pinard fue visto como un modelo de combatividad y perseverancia. Sus actuaciones con los Montreal Canadiens inspiraron tanto a los aficionados como a sus compañeros de equipo.

Pero en 2024 todo cambió. Una fractura en una pierna sufrida durante un torneo de softbol marcó el comienzo de su descenso a los infiernos.

Tras una difícil rehabilitación, su regreso con el Laval Rocket no estuvo a la altura de las expectativas. Con sólo 8 puntos en 17 partidos y un diferencial de -2, Harvey-Pinard está luchando por encontrar su ritmo.

La lentitud en sus patines, su falta de confianza y la falta de resultados ofensivos llevaron a cuestionar no sólo su lugar en la Liga Americana, sino también su futuro como jugador profesional.

Para un joven como Harvey-Pinard, estas pruebas no las vive solo. Detrás de cada deportista hay una familia que comparte las alegrías del éxito, pero también el peso del fracaso.

Sus padres, que lo apoyaron desde sus primeras horas en el hielo en Jonquière, hoy deben ver cómo su hijo lucha por encontrar su lugar, lejos de los focos de la NHL.

Para su familia, el anuncio de Gillette es un rayo de luz en un año oscuro.

Ella siempre ha sido una de sus mayores seguidores, asistiendo a sus partidos y celebrando cada pequeño éxito.

Hoy, ve a su sobrino demostrar una increíble resiliencia mientras busca reconstruirse fuera del hielo, particularmente a través de esta asociación.

Aunque Harvey-Pinard firmó un contrato que le garantiza 1,1 millones de dólares anuales, esta seguridad financiera es temporal.

Cuando expire su contrato, no se beneficiará de las oportunidades que se ofrecen a los jugadores establecidos de la NHL.

Esta incertidumbre pesa mucho, no sólo en sus proyectos profesionales, sino también en su vida personal. Como muchos jugadores en su situación, Harvey-Pinard debe hacer malabares con la presión de desempeñarse, administrar sus finanzas y planificar un futuro que tal vez no incluya el hockey profesional.

En este contexto, la campaña de Gillette cobra especial significado. No es sólo una asociación comercial; es una manera de que Harvey-Pinard demuestre que se niega a ser derrotado.

El anuncio, que cuenta su historia de perseverancia y coraje, resalta un aspecto más íntimo de su personalidad.

A través de gestos sencillos como besar, transmite un mensaje de humanidad y cercanía que refleja sus valores y su apego a su comunidad.

Para su familia, ver a Rafael en una campaña tan significativa es un recordatorio de que todavía tiene mucho que ofrecer, incluso si no es en el hielo de la NHL.

Su familia ve este anuncio como una forma de mantener vivos los valores que ella le transmitió: la humildad, la determinación y la importancia de ser fiel a uno mismo.

Las pruebas que está pasando Rafaël Harvey-Pinard son inmensas. Pasar de la NHL a la Liga Americana, lidiar con lesiones y vivir con incertidumbre financiera no es fácil para nadie.

Para él, como para su familia, este período es una lección de cómo afrontar la adversidad.

Y aunque el camino sea oscuro, Rafaël Harvey-Pinard demuestra que está decidido a seguir adelante, a pesar de los obstáculos.

Profesionalmente, sigue luchando por recuperar su lugar en la NHL.

Pero más allá del hockey, demuestra que es capaz de reinventarse, pensar en su futuro y cuidarse, tanto a nivel personal como económico.

Con un contrato publicitario que pone de relieve sus valores y su valentía, Harvey-Pinard se asegura no sólo de diversificar sus ingresos, sino también de mantener su presencia en el imaginario colectivo de Quebec.

Esta no es una despedida del hockey, sino una transición reflexiva a una nueva etapa de su vida.

Rafael Harvey-Pinard, a pesar de los reveses, sigue siendo un símbolo de coraje y determinación. A través de esta campaña, demuestra que es posible transformar la adversidad en oportunidad, redefinir el éxito no por trofeos o contratos, sino por la capacidad de levantarse y reinventarse.

Laboratorios Gillette celebra mucho más que un jugador; celebra a un hombre que se niega a darse por vencido. Con un afeitado limpio y una sonrisa genuina, Harvey-Pinard nos recuerda que un revés no es un final, sino una oportunidad para comenzar algo nuevo.

Un mensaje inspirador para todos aquellos que, como él, deben encontrar el coraje para seguir avanzando.

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