Jonathan Drouin, ex gran prospecto quebequense, recorrió un camino complejo en la NHL, marcado por altibajos, decisiones financieras audaces y una lucha constante por preservar su salud mental.
Hoy, con el uniforme del Colorado Avalanche, se esfuerza por combinar ambición profesional y equilibrio personal, un desafío que sigue afrontando con valentía.
Después de una brillante temporada 2023-2024, en la que acumuló 56 puntos y demostró que todavía podía ser un activo ofensivo, Drouin se encontró ante una elección.
Varios equipos estaban dispuestos a ofrecerle contratos lucrativos, pero él optó por quedarse en Denver por unos modestos 2,5 millones de dólares.
Este gesto demuestra no sólo su lealtad a la organización que le dio otra oportunidad, sino también su confianza en sus propias capacidades para obtener un contrato a largo plazo más adelante.
Pero esta decisión conlleva riesgos. Una lesión en la parte superior del cuerpo, que se produjo en el primer partido de la temporada 2024-2025, le obligó a perderse 16 partidos, antes de que otro incidente le dejara fuera de juego de nuevo por el mismo tiempo.
Estas pausas forzadas no sólo afectaron su progreso sobre el hielo, sino que también pusieron a prueba su capacidad de recuperación mental.
En Montreal, Drouin ganó casi 33 millones de dólares en seis años, una cantidad que muchos seguidores consideran desproporcionada con respecto a su producción.
Sin embargo, para los quebequenses, el éxito no se mide sólo en números. En Denver, aceptó un salario muy por debajo de sus expectativas anteriores, anteponiendo su bienestar personal y familiar.
Convertirse en padre fue una revelación para Drouin, transformando su perspectiva sobre la vida y el hockey. Esto le permitió controlar mejor su ansiedad, una condición que valientemente hizo pública mientras vestía el uniforme de los Canadiens.
Esta transparencia ha abierto la puerta a un debate más amplio sobre la salud mental en el deporte, un tema a menudo tabú.
“Como quería recibir ayuda, no sabía que iba a ser beneficiosa. Creemos que somos lo suficientemente fuertes para hacerlo solos… y lo hacemos durante tres años”. dijo en ese momento.
Hoy cuenta con herramientas y una red de apoyo que le permiten superar momentos difíciles.
“Ahora tengo consejos, personas con quienes hablar, recursos para controlar la ansiedad o cualquier nivel de estrés. »
En Montreal, Drouin estuvo constantemente en el centro de atención, cada uno de sus movimientos analizados y criticados.
“Que te miren mientras compras no es la parte más divertida del día”, admitió con un toque de tristeza.
En Denver disfruta de una tranquilidad que nunca experimentó en Quebec, una atmósfera que le permite concentrarse en su juego y en su familia.
Esto no significa que la presión haya desaparecido por completo. A sus 29 años, Drouin sabe que sus actuaciones actuales determinarán el resto de su carrera. En su regreso a la acción, demostró que aún podía contribuir, incluso participando en varios goles en un partido crucial contra Buffalo.
Sin embargo, sigue siendo consciente de que cada oportunidad cuenta y que un paso en falso podría resultar costoso.
Al dar a conocer sus luchas mentales y demostrar que es posible volver más fuerte, Drouin ha inspirado a muchos jugadores jóvenes y aficionados.
Derribó el mito de que los atletas profesionales son invulnerables y demostró que es posible combinar la vulnerabilidad con el éxito.
Si bien su futuro en la NHL sigue siendo incierto, una cosa está clara: Jonathan Drouin no es sólo un jugador de hockey. También es un símbolo de coraje, resiliencia y prioridades bien definidas.
Para él, la riqueza de una carrera no se mide sólo en millones, sino en la capacidad de superar la adversidad y encontrar un equilibrio entre la pasión y la felicidad personal.
Drouin lo sabe mejor que nadie: el verdadero éxito no tiene precio.
Si su estancia en Denver le ofreció una serenidad que nunca había conocido, también dejó muchos millones sobre la mesa, revelando hasta qué punto su bienestar personal supera las ganancias financieras que están a su alcance. mano.
En el verano de 2024, después de una temporada de 56 puntos (la mejor de su carrera), Jonathan Drouin podría haber probado el mercado de agentes libres.
Según fuentes cercanas a su entorno, podría haber firmado fácilmente un contrato a largo plazo de 4 millones de dólares al año, lo que habría representado un acuerdo de 20 a 25 millones de dólares durante cinco o seis años.
Sin embargo, optó por permanecer fiel a Avalanche con un modesto contrato de un año por 2,5 millones, convencido de que podría demostrar aún más y obtener una prórroga más lucrativa.
Esta apuesta por sí mismo formaba parte de una lógica en la que la lealtad y la estabilidad tenían prioridad sobre el atractivo del beneficio.
“Desde que recibí ayuda sé cómo afrontarlo todo, cómo vivir mi vida y cómo desconectarme del hockey cuando lo necesito”confió, reflejando la importancia que concede a su equilibrio personal.
Sin embargo, las lesiones han enturbiado las aguas. Dos largas ausencias han frenado su progreso esta temporada, debilitando sus posibilidades de asegurarse un futuro en Denver.
Si Drouin hubiera optado por un contrato a largo plazo en otro lugar, ya habría asegurado su futuro financiero sin el estrés de tener que demostrar constantemente su valía.
La elección de quedarse en Denver no fue trivial. Jugar junto a Nathan MacKinnon, su ex compañero de equipo en Mooseheads, y Mikko Rantanen representó una oportunidad de oro para relanzarse en un ambiente donde la presión es menor que en Montreal.
Sin embargo, Avalanche enfrenta desafíos importantes. Mikko Rantanen, una de las piedras angulares del equipo, pronto tendrá que firmar una extensión de contrato, y las dificultades financieras del equipo podrían obligar al gerente general Chris MacFarland a tomar algunas decisiones difíciles.
En este contexto, Drouin podría encontrarse nuevamente sin contrato al final de la temporada, con su futuro en Colorado directamente vinculado a su capacidad para rendir consistentemente evitando lesiones.
Su regreso a Denver no está asegurado en modo alguno. A menos que todavía acepte maní.
A través de esta fría realidad, emerge una verdad: la búsqueda de la serenidad mental de Jonathan Drouin le costó muy caro.
Al elegir priorizar su bienestar y permanecer en un ambiente de apoyo, voluntariamente renunció a millones de dólares en ganancias potenciales.
Esta elección, valiente y poco común en el mundo del deporte profesional, pone de relieve la creciente importancia de la salud mental en un mundo donde el rendimiento a menudo se valora en detrimento de las personas.
Sin embargo, está claro que Drouin no se arrepiente de nada.
Jonathan Drouin se encuentra en una encrucijada en su carrera. Si se desempeña en los próximos meses, aún podría conseguir un contrato interesante, ya sea en Colorado o en otro lugar.
Sin embargo, el peso de las lesiones y las circunstancias podrían limitar sus opciones, y su decisión de priorizar su salud mental seguirá siendo una parte clave de su viaje.
El quebequense encarna una lección importante: la verdadera riqueza no se mide sólo en millones, sino en la capacidad de superar la adversidad y encontrar sentido a la vida.
Sí, Drouin dejó millones sobre la mesa. Pero obtuvo algo invaluable: paz interior. Y eso, como ha demostrado a lo largo de su carrera, no tiene precio.
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