Desde su llegada a Montreal, Juraj Slafkovsky parece evolucionar bajo el microscopio.
La presión de ser la primera elección del draft de 2022 es abrumadora, y cada movimiento del joven eslovaco es analizado, diseccionado y criticado.
Pero desde que firmó su lucrativo contrato de ocho años y 7,6 millones de dólares al año, no se ha hablado sólo de su desempeño en el hielo.
Su vida personal, en particular su relación con una camarera del famoso Flyjin, Angélie Bourgeois-Pelletier, también plantea interrogantes.
Flyjin, un bar restaurante de moda en el Viejo Montreal, es conocido por atraer a una clientela festiva y sofisticada. Lo que salió a la luz recientemente es que se dice que el socio de Slafkovsky trabaja allí.
La información fue difundida por el columnista Jean Trudel, alias JT Utah, en las redes sociales, iniciando una serie de debates sobre las prioridades del joven delantero.
La pregunta que se plantea en el podcast de Stanley25 es sencilla: ¿la vida nocturna de su novia, que termina sus veladas a las 4 de la madrugada, podría perjudicar la concentración de Slafkovsky?
El extracto del vídeo es lo más nítido posible:
“Si su novia llega a casa a las cuatro de la mañana después de su turno, ¿cómo puede él estar en plena forma para entrenar por la mañana en el CN Complex de Brossard? Los pequeños detalles marcan la diferencia cuando juegas contra los mejores del mundo. »
Jean Trudel opina lo contrario.
“De todos modos, los jugadores del CH no se van a dormir antes de las 2 o 3 de la madrugada después de los partidos. Es mejor para él tener una sola novia en lugar de andar por ahí. Al menos su novia puede cuidarlo durante el fin de semana. »
Sin embargo, para un equipo como el canadiense, que busca consistencia y progreso, las distracciones fuera del hielo pueden convertirse en motivo de preocupación, especialmente cuando las actuaciones no están a la altura.
Lo que molesta aún más a los medios y a los aficionados es la actitud arrogante de Slafkovsky al hablar de su situación.
Esta actitud, lejos de aliviar las tensiones, alimenta las críticas.
A los medios de Montreal no les gustan los jugadores que se sitúan por encima de la competencia sin haber demostrado su valía.
Con su nuevo contrato, Slafkovsky ahora cobra como una estrella de la NHL. Pero su actuación, por debajo de las expectativas, pone de relieve una verdad brutal: todavía está lejos de ser el ala-pívot que esperaba Montreal.
Su imponente estatura (6 pies 3 pulgadas, 225 libras) parece inútil cuando juega sin intensidad, evitando zonas calientes y rara vez lanza a la red.
Marc de Foy, del Journal de Montréal, resumió la situación mordazmente:
“No muestra la combatividad de un ala-pívot. Es pasivo junto a las vallas y no dispara lo suficiente a la red. »
Y los aficionados, ya frustrados, empiezan a preguntarse si el canadiense no cometió un error al ofrecer un contrato tan generoso a un jugador que sólo mostró media temporada prometedora.
El técnico Martin St-Louis, por su parte, se niega a criticar abiertamente a su protegido. Incluso citó a Muhammad Ali en una conferencia de prensa, enfatizando que:
“Los campeones se construyen cuando nadie los mira. »
Si bien este enfoque pretende proteger a Slafkovsky de las críticas externas, también podría enviarle un mensaje equivocado.
La paciencia de los aficionados y los medios de comunicación es limitada, especialmente en Montreal, donde las expectativas para los jugadores jóvenes son enormes.
Para Juraj Slafkovsky, el margen de maniobra se está reduciendo. Los fanáticos, ya exasperados por su desempeño y actitud, no esperarán por siempre a que se transforme en un jugador de impacto.
La NHL es una liga despiadada, y si Slafkovsky no muestra signos de mejora pronto, bien podría convertirse en la cara de las promesas incumplidas de los Canadiens.
A sus 20 años, todavía está a tiempo de cambiar las cosas, pero tendrá que aprender a gestionar la presión, mantenerse concentrado y, sobre todo, demostrar que su lugar está en el hielo y no en el centro de las controversias fuera del hielo. hockey.
Las opiniones difieren sobre el impacto real de esta relación en Slafkovsky. Para algunos, el ritmo de vida asociado con una relación con una camarera que trabaja hasta tarde es perjudicial para su recuperación y, potencialmente, su desempeño. A sus 20 años, Slafkovsky todavía tiene mucho que aprender sobre la importancia de una rutina estricta y una disciplina rigurosa para maximizar el potencial.
Otros creen que estas especulaciones son injustas y fuera de lugar. Culpar a su compañero por sus problemas actuales es un atajo fácil que distrae la atención de los problemas reales: la falta de consistencia, las altas expectativas y la inmensa presión de su contrato de $7.6 millones por temporada que comienza el próximo año.
El paralelo con otros jugadores
La historia de Slafkovsky no es única. Montreal ha sido a menudo escenario de debates sobre la vida personal de los jugadores de los Canadiens. Desde Brendan Gallagher, casado con una quebequense, hasta Alex Galchenyuk, cuya relación con Chanel estuvo en el centro de los rumores, la ciudad es conocida por escudriñar los aspectos más pequeños de la vida de los atletas.
Sin embargo, comparar a Slafkovsky con jugadores como Galchenyuk, que ha experimentado reveses personales y profesionales, parece prematuro. Slafkovsky es todavía joven y su relación podría proporcionarle una estabilidad bienvenida en un entorno tan exigente como el de Montreal.
Un desafío dentro y fuera del hielo
El verdadero problema para Slafkovsky puede estar en otra parte. Con sólo dos goles y 13 asistencias en 26 partidos esta temporada, sus actuaciones han estado muy por debajo de las expectativas. La presión asociada con su estatus como primera selección general del draft y su lucrativo contrato próximo ya es inmensa, y solo aumentará.
Martin St-Louis, su entrenador, no se deja llevar por el pánico, pero incluso él reconoce que Slafkovsky debe elevar su nivel de juego:
“Necesita encontrar consistencia y maximizar sus activos físicos. La producción seguirá si el proceso es bueno. »
Para Slafkovsky, el desafío es claro: demostrar que merece la confianza que la organización ha depositado en él. Esto no sólo significa mejorar tu rendimiento sobre el hielo, sino también gestionar tu vida personal de forma inteligente.
Lecciones para aprender
El debate en torno a Slafkovsky y su relación resalta una realidad universal en los deportes: los atletas, especialmente los jóvenes, deben navegar por altas expectativas profesionales y una vida personal que a veces puede atraer una atención desproporcionada.
Para algunos, su relación con Angélie es una distracción que perjudica su desarrollo. Para otros, es un aspecto de su vida que puede ofrecerles el equilibrio necesario en un entorno donde la presión es constante.
Slafkovsky pronto tendrá que demostrar que puede compatibilizar estos aspectos de su vida sin dejar de cumplir con las expectativas. Montreal es una ciudad apasionada pero implacable. Si sus actuaciones no mejoran, seguirán lloviendo críticas, ya sea sobre su juego o su vida personal.
El futuro de Juraj Slafkovsky en la NHL dependerá de su capacidad para disipar dudas, dentro y fuera del hielo. Una tarea difícil, pero no imposible, para un jugador joven que aún busca desarrollar todo su potencial.
Las opiniones difieren sobre el impacto real de esta relación en Slafkovsky. Para algunos, el ritmo de vida asociado con una relación con una camarera que trabaja hasta tarde es perjudicial para su recuperación y, potencialmente, su desempeño.
A sus 20 años, Slafkovsky todavía tiene mucho que aprender sobre la importancia de una rutina estricta y una disciplina rigurosa para maximizar el potencial.
Otros creen que estas especulaciones son injustas y fuera de lugar. Culpar a su compañero por sus problemas actuales es un atajo fácil que distrae la atención de los problemas reales: la falta de consistencia, las altas expectativas y la inmensa presión de su contrato de $7.6 millones por temporada que comienza el próximo año.
La historia de Slafkovsky no es única. Montreal ha sido a menudo escenario de debates sobre la vida personal de los jugadores de los Canadiens.
Desde Brendan Gallagher, casado con un quebequense, hasta Alex Galchenyuk, cuya relación con Chanel, camarera del Parée, estuvo en el centro de los rumores, la ciudad es conocida por escudriñar los aspectos más pequeños de la vida de los deportistas.
Sin embargo, comparar a Slafkovsky con jugadores como Galchenyuk, que ha experimentado reveses personales y profesionales, parece prematuro.
Slafkovsky es todavía joven y su relación podría proporcionarle una estabilidad bienvenida en un entorno tan exigente como el de Montreal.
Martin St-Louis, su entrenador, no se deja llevar por el pánico, pero incluso él reconoce que Slafkovsky debe elevar su nivel de juego:
“Necesita encontrar consistencia y maximizar sus activos físicos. La producción seguirá si el proceso es bueno. »
Para Slafkovsky, el desafío es claro: demostrar que merece la confianza que la organización ha depositado en él. Esto no sólo significa mejorar tu rendimiento sobre el hielo, sino también gestionar tu vida personal de forma inteligente.
Para algunos, su relación con Angélie es una distracción que perjudica su desarrollo. Para otros, es un aspecto de su vida que puede ofrecerles el equilibrio necesario en un entorno donde la presión es constante.
Slafkovsky pronto tendrá que demostrar que puede compatibilizar estos aspectos de su vida sin dejar de cumplir con las expectativas.
Montreal es una ciudad apasionada pero implacable. Si sus actuaciones no mejoran, seguirán lloviendo críticas, ya sea sobre su juego o su vida personal.
Está advertido. Su novia también.
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