Mientras Marruecos se prepara para albergar importantes eventos deportivos, como la Copa Africana de Naciones de 2025, la cuestión de la gestión y protección de los derechos de transmisión surge seriamente. Los debates sobre este tema se intensifican sobre todo a medida que se acercan las competiciones internacionales, en las que los cafés y los establecimientos públicos desempeñan un papel central a la hora de ofrecer retransmisiones para atraer a los clientes que buscan momentos deportivos.
Sin embargo, en este ámbito surgen varias lagunas y desafíos, en particular el uso de soluciones ilegales. De hecho, algunos propietarios de cafeterías utilizan suscripciones no profesionales o soluciones como IPTV, una tecnología que utiliza Internet para transmitir canales. Estas prácticas pueden violar los derechos de transmisión, particularmente cuando tienen fines comerciales.
También se trata del alto coste de las suscripciones profesionales. Muchos propietarios de establecimientos prefieren optar por abonos nacionales menos costosos, lo que, aunque contrario a la normativa, refleja su incapacidad para soportar los costes de los abonos profesionales, que a menudo se consideran excesivos.
También falta una regulación estricta. Según Hassan Kharchouj, experto en sistemas digitales, la falta de un control estricto y de un marco regulatorio eficaz hace que la situación sea compleja. El uso de IPTV o suscripciones no profesionales está muy extendido, pero es difícil de controlar.
¿Hacia una mayor regulación?
La perspectiva de albergar eventos de gran envergadura como la CAN 2025 o incluso una posible Copa del Mundo anima a las autoridades marroquíes a considerar medidas para regular y supervisar esta cuestión. Sin embargo, según los expertos, dicha regulación requeriría la colaboración entre los proveedores de servicios de Internet, los operadores de televisión y las autoridades competentes, lo que complicaría el proceso.
Para los establecimientos públicos, ofrecer una retransmisión de calidad respetando la legalidad sigue siendo un desafío. Muchos señalan que el alto coste de las suscripciones profesionales, sumado a otros gastos operativos, complica la ecuación económica.
En conclusión, será necesario reformar la gestión de los derechos de retransmisión en Marruecos para garantizar el cumplimiento de las leyes y al mismo tiempo permitir que los cafés y otros lugares públicos contribuyan al entusiasmo nacional en torno a los grandes acontecimientos deportivos.
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