Hoy, Shane Wright lo golpeó fuerte.
Dos goles marcados contra los San Jose Sharks, una brillante actuación que eleva a cuatro su total esta temporada.
Mientras tanto, Juraj Slafkovský, primera selección general del draft de 2022, está estancado en dos magros goles después de 19 partidos.
Para Montreal, esta comparación empieza a resultar incómoda.
Cuando Kent Hughes ofreció un enorme contrato de ocho años y 60,8 millones a Slafkovský este verano, envió una señal contundente: el eslovaco es el futuro del CH.
Pero hoy esta apuesta parece arriesgada.
Con un salario anual de 7,6 millones, Slafkovský no sólo tiene expectativas sobre sus hombros, sino que también lleva la esperanza de una franquicia en reconstrucción. Y por ahora, esa esperanza está flaqueando.
La actuación de Shane Wright, elegido cuarto en el draft de 2022, contrasta marcadamente.
Después de un comienzo tumultuoso en su carrera y numerosas dudas sobre su capacidad para desempeñarse en la NHL, Wright juega hoy con visible determinación.
Estos dos goles contra San José, marcados en un momento clave, demuestran que está dispuesto a luchar para demostrar que merece su lugar con los Tiburones.
Puede que no haya sido la primera elección en 2022, pero está jugando como si todavía tuviera todo que demostrar.
¿Y Slafkovský? A pesar de algunos destellos de brillantez en las últimas semanas, su rendimiento general deja mucho que desear.
Solo dos goles, ningún dominio notable y la incapacidad de convertir su potencial en producción regular.
En una ciudad como Montreal, donde la paciencia no es una virtud común, comienzan a surgir dudas.
Pero el problema va más allá del propio Slafkovský.
Es Kent Hughes quien está en la mira.
¿Por qué un contrato tan ambicioso y tan pronto?
¿Por qué apostar tanto por un jugador que, hasta ahora, aún tiene que demostrar que puede ser una fuerza constante en la NHL?
Abundan los críticos de Hughes. Hay una confianza excesiva en el potencial de Slafkovský, una decisión apresurada que podría pesar mucho en las finanzas y la estrategia del canadiense en los próximos años.
Con este contrato, Hughes selló el destino de la organización en torno a Slafkovský.
Pero, ¿qué pasa si ese jugador nunca cumple con las expectativas?
¿Qué sucede si, como hoy, Shane Wright continúa superando a Slaf, partido tras partido, mostrando un hambre y una consistencia que al eslovaco le cuesta igualar?
El futuro del canadiense depende de una apuesta arriesgada.
Cada dólar cuenta en un sistema de tope salarial y cada contrato debe estar justificado por una producción tangible.
Por el momento Slafkovský no entrega la mercancía. Y cuanto más pasa el tiempo, más empieza a parecer esta apuesta un error estratégico que podría perseguir a la CH durante años.
Hoy, Shane Wright demostró que tenía hambre.
Juraj Slafkovský debe demostrar que es más que una apuesta.
El problema es que en esta liga el tiempo para convencer se acaba rápidamente.
Y si Slaf no encuentra su ritmo rápidamente, esta decisión bien podría ser una de las más costosas en la historia reciente de los Canadiens.
Miseria …
Related News :