Friburgo se ha recuperado bien en la Liga Nacional después de tres derrotas seguidas. Los Dragones dominaron a Zug por 4-1, mientras que Ginebra necesitó los penaltis para vencer a Rapperswil por 4-3.
Obligado a reorganizar sus tríos ante la ausencia de Marcus Sörensen, Pat Emond pudo contar con Lucas Wallmark, que supo ponerse su traje de líder. Los Dragones marcaron la diferencia durante el tercio medio. En primer lugar, en el puesto 21 en power-play gracias a Linden Vey. Y luego, en el 32, por un error del joven portero Santo Simmchen, incapaz de bloquear un lanzamiento flotante de Wallmark y ofreciendo un rebote sobre el que se arrojó Jacob De la Rose.
La reducción del marcador por parte de Lukas Bengtsson no asustó a los Dragones, que supieron poner el decisivo 3-1 por parte de Nathan Marchon, antes de que Sandro Schmid cerrara el marcador en la jaula vacía.
Ginebra se lleva dos puntos
En estos momentos en Ginebra estamos contando los días hasta el regreso de Teemu Hartikainen y dejaremos trabajar a Markus Granlund y Sakari Manninen. Los dos finlandeses son en cierto modo el seguro a todo riesgo del GSHC. Anotadores y pasadores como Manninen o simplemente pasadores como Granlund, los dos nórdicos hacen mejores a sus compañeros como Vincent Praplan el miércoles pasado y Marc-Antoine Pouliot esta vez.
El 3-2 de Mika Henauer en el 54 podría haber hecho daño, pero Tim Berni, ya goleador el miércoles por la noche, lo volvió a hacer 45 segundos después del éxito del ex bernés. El partido pasó a la prórroga y luego a los penales. Y en este juego, fueron los Eagles los más efectivos. Un hombre destacó durante esta sesión: Oula Palve. El finlandés, cedido por Ajoie, cobró dos penaltis con clase y Robert Mayer pudo salvar a Nicklas Jensen en su segundo pase. Este éxito, el tercero consecutivo, permite al GSHC seguir siendo positivo, aunque el actual 10º puesto con 31 puntos no es el objetivo del club.
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ats/efas
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