Cuando hablamos de Marc Bergevin, es imposible ignorar los contratos que, tres años después de su marcha, siguen dividiéndose.
En una entrevista reciente con The Athletic, el ex gerente general de los Canadiens levantó el velo sobre estas decisiones audaces, asumiendo la responsabilidad de ciertas decisiones y al mismo tiempo admitiendo las lecciones aprendidas.
Una mirada retrospectiva a un patrimonio complejo.
Bergevin defendió enérgicamente su decisión de firmar a Brendan Gallagher con una extensión de seis años y $39 millones en 2020:
“Tuvo tres temporadas seguidas de 30 goles. Tienes que pagar por eso”.
Para Bergevin, este contrato simbolizaba la recompensa de un jugador que lo había dado todo por el club.
Pero ahora, con las lesiones y la disminución de la producción, ese contrato está pasando factura a la nómina, incluso si Gallagher está experimentando cierta recuperación esta temporada.
“Cada director general acaba dando uno o dos años de más en determinados contratos” admitió.
El contrato de Carey Price, otro ejemplo, sigue siendo uno de los fichajes más importantes de su reinado.
En 2017, Price firmó una extensión de ocho años y 84 millones de dólares, lo que lo convirtió en el portero mejor pagado de la liga.
“Tenías que firmarlo” Bergevin dijo sin dudarlo.
“Pero las lesiones… nadie podría haber predicho eso”. Para Bergevin, era una apuesta necesaria: dejar marchar al mejor portero del mundo simplemente no era una opción.
Desafortunadamente, el cuerpo de Price no resistió, dejando una carga salarial que aún frena a los Canadiens.
Respecto a estos dos contratos, Bergevin es categórico:
“No me arrepiento. Cada decisión se basa en la información que tenemos en ese momento”.
Pero también reconoce que la presión única de Montreal a veces puede sesgar las decisiones.
“En Montreal todo se amplifica. Quieres conservar tus estrellas. Pero las expectativas cambian rápidamente”.
Pero a pesar de las críticas, Bergevin sigue orgulloso de ciertos aspectos de su reinado: “Nunca cambié una selección de primera ronda. Creo que dejamos una buena base en Montreal”.
Se refiere particularmente a las adquisiciones de jugadores como Nick Suzuki y Cole Caufield, que hoy representan el futuro de la organización. “No puse a esta franquicia en una mala posición” insiste.
Para el ex gerente general, la transición a Los Ángeles fue una salvación. “En Montreal, estás en el centro de atención cada segundo. Aquí voy a tomar mi café y nadie sabe quién soy”.
Un bienvenido descanso después de nueve intensos años en Montreal.
Pero su legado en Montreal, marcado por contratos controvertidos, sigue generando debate.
Y si Bergevin afirma que “no se arrepiente”, sus partidarios siguen sopesando los pros y los contras de estas decisiones que todavía acechan a las nóminas de los Habs.
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