La luna de miel entre Patrick Roy y sus jugadores ya parece haber terminado, y Alex Romanov está en el centro de ella.
Con los rumores de una oferta hostil por el defensa ruso ya circulando para el próximo verano, los recientes comentarios públicos de Roy han echado más leña al fuego.
Al decir que en su día aceptó “menos dinero para ayudar a su director general a competir”, el técnico de los Islanders lanzó un mensaje mordaz.
Para Romanov, quien está a punto de renegociar su contrato como agente libre restringido, el comentario resonó como una crítica directa.
Desde que llegó a Nueva York, Romanov se ha consolidado como un defensa confiable capaz de jugar entre los 4 primeros. Con temporadas consecutivas de 22 puntos y un juego defensivo sólido, se ha convertido en una pieza vital del plantel de los Islanders.
Sin embargo, su último año del contrato de 2,5 millones de dólares está llegando a su fin y abundan las especulaciones.
James Mirtle de The Athletic incluso colocó a Romanov en la categoría de “estrella en ascenso”, sugiriendo que podría atraer una oferta hostil de entre 4,81 y 7,2 millones de dólares por temporada.
De hecho, el clan Romanov estaría buscando un contrato que les permitiera ganar 7 millones de dólares al año. Y al defensor no le importaría marcharse, ya que parece estar harto del duro entrenamiento de Roy.
Esta perspectiva coloca a la organización en una posición delicada. Negarse a igualar tal oferta podría permitir a los Islanders recuperar una selección de primera ronda y una selección de tercera ronda, un retorno equivalente al precio pagado por Romanov en 2022 (selección 13.ª + selección de 4.ª ronda).
Sin embargo, perder a un defensor capaz de jugar entre los 4 primeros dejaría un gran vacío en un equipo que ya envejece y lucha.
Las declaraciones de Patrick Roy no sólo arrojaron sombra sobre Romanov, sino que también mostraron las tensiones dentro de un equipo que atraviesa un período tumultuoso.
Al recordar su propio sacrificio financiero para ayudar a sus equipos a seguir siendo competitivos, Roy claramente quería enviar una señal no sólo a Romanov, sino a todos sus jugadores.
“Si quieres ganar, tienes que poner al equipo primero”, dijo mientras su equipo juega por 500 y tendrá que clasificarse para los playoffs por los pelos.
Para algunos, estos comentarios son vistos como un ultimátum velado a Romanov, animando al jugador a pensar en sus exigencias salariales.
Para otros, es una prueba de que Roy, ya bajo presión, está empezando a perder la paciencia con sus jugadores.
Las tensiones entre Roy y Romanov son sólo la punta del iceberg.
Los Islanders, bajo la dirección de Lou Lamoriello, son un equipo envejecido, incapaz de producir en el hielo.
La incapacidad de anotar y las actuaciones mediocres dejaron a los fanáticos frustrados.
No es de extrañar que el UBS Arena esté vacío si nos referimos a la asistencia de sólo 12.739 espectadores durante el último partido, a pesar de que se trata de un anfiteatro completamente nuevo.
Romanov, por su parte, se encuentra en una situación compleja. Pese a su potencial, su futuro en Nueva York es incierto.
La especulación sobre una oferta hostil no ayuda, y el enfoque rígido de Roy podría complicar aún más las negociaciones.
Los rumores sobre la partida de Romanov alimentan una creciente sensación de desesperación entre los fanáticos de los Islanders, que ven a su equipo estancarse, incluso retroceder.
Con su estilo directo y su franqueza, Patrick Roy no es unánime.
Sus métodos exigentes empiezan a causar roces en el vestuario. Algunos jugadores se sienten frustrados por su enfoque, mientras que otros se sienten atrapados en el sistema defensivo y soporífero del entrenador.
El problema es que aunque Roy lo niegue y afirme que tiene carta blanca en su forma de entrenar, todo el mundo sabe que es Lamoriello quien le ordena jugar a la defensiva y sin ninguna excitación.
Romanov, que ha surgido como un jugador clave a pesar de las lesiones a principios de temporada, representa tanto un activo valioso como un enigma para los Islanders.
Su futuro ahora depende de una decisión crucial: ¿Deberían los Islanders igualar una posible oferta hostil e invertir mucho en un defensa joven pero ofensivamente limitado, o deberían aceptar perderlo para reconstruir?
Las próximas semanas serán decisivas. Si Romanov se convierte en blanco de una oferta hostil, el manejo de este asunto podría definir la dirección que tomarán los isleños en los próximos años.
Patrick Roy tendrá que gestionar un vestuario donde las tensiones aumentan, mientras intenta volver a encarrilar a su equipo.
Lo que es seguro es que la luna de miel entre Roy y sus jugadores ha terminado.
Con un entrenador bajo presión, un gerente general con una visión obsoleta y un equipo envejecido, los Islanders parecen estar hundiéndose en una crisis de la que podrían tener dificultades para salir.
Romanov, atrapado entre estas tensiones, bien podría ser el primero en pagar el precio.
La frustración que reina en Long Island también se refleja en el entrenamiento impuesto por Patrick Roy.
Fiel a su fama de entrenador exigente, Roy ha intensificado últimamente las sesiones para obligar a sus jugadores a superarse.
Pero ten cuidado. Estos duros entrenamientos empiezan a pesar sobre la moral del equipo. Los jugadores, ya puestos a prueba por un rígido sistema de juego y una flagrante falta de resultados, dicen estar agotados.
Alex Romanov no escapa a estos estrictos métodos.
“Roy nos está presionando, pero parece que no hay un plan claro detrás”le habría confiado a un jugador bajo condición de anonimato.
Esta intensidad podría tener el efecto de fracturar aún más un vestuario ya tenso. Romanov, cuyo papel entre los cuatro primeros requiere constancia y concentración, podría verse especialmente afectado por estas sesiones agotadoras, que corren el riesgo de afectar su eficacia sobre el hielo.
Al observar la situación de los isleños desde lejos, Kent Hughes solo puede sudar frío cuando ve la evolución de Alex Romanov.
Convertido en un auténtico defensor de primer nivel, se estableció como una apuesta segura en el top 4 de los Islanders, atrayendo incluso el interés de equipos dispuestos a ofrecer grandes contratos.
Mientras tanto, la pieza central del intercambio de tres equipos, Kirby Dach, se está desmoronando.
Relegado a la cuarta línea en Montreal, Dach lucha por consolidarse como un jugador clave para el canadiense. Este contraste resalta las difíciles decisiones que Hughes enfrentará en los años venideros, especialmente mientras Romanov continúa afirmándose como un líder defensivo mientras el canadiense lucha por encontrar estabilidad defensiva.
Patrick Roy tendrá que ajustar rápidamente su enfoque si quiere evitar que su reinado se convierta en un fiasco en Long Island.
Con un equipo en dificultades, jugadores agotados por los duros entrenamientos y un vestuario bajo presión, el técnico quebequés parece atrapado en un entorno disfuncional.
Los isleños tendrán que decidir rápidamente si quieren construir alrededor de Romanov o pasar página.
Alex Romanov, en el centro de las discusiones contractuales y de las tensiones internas, tiene intención de trasladarse al banco, a pesar de las declaraciones hostiles de Roy.
Será mejor que Lou Lamoriello tenga cuidado. La situación de los Islanders es un recordatorio de que cada decisión en la NHL tiene consecuencias a largo plazo.
Para Kent Hughes y los Canadiens, el intercambio Romanov-13º pick-Dach bien podría convertirse en un doloroso punto de comparación.
Romanov ayudaría mucho a CH en este momento. Lamoriello debe tomar nota del error de Kent Hughes… y fichará a Romanov lo antes posible…
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