Por parte de los fabricantes, las cosas se decidieron en el Power Stage, ya que Hyundai y Toyota empezaron prácticamente en pie de igualdad. La diferencia la ha marcado un excepcional Sébastien Ogier, vencedor de la especial por delante de un Neuville cuya conducción finalmente se ha liberado tras varios rallyes teniendo que controlarse para no estropear sus posibilidades entre los pilotos. Debido a su pinchazo en la primera especial del viernes, el ocho veces campeón del mundo no pudo conseguir la victoria, pero acabó justo detrás de Elfyn Evans, subcampeón del campeonato por tercera vez en su carrera, con este éxito.
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