Patro Eisden le hizo la vida imposible al Charleroi en la Copa de Bélgica. Si esto es algo que hay que aplaudir con ambas manos en el aspecto deportivo, la forma en que fueron recibidos los Zebras plantea interrogantes.
Rik De Mil y sus jugadores pusieron cara de gracia cuando descubrieron su vestuario en el Patro Eisden en la Copa de Bélgica. Entre la calefacción a 30 grados y los jugadores obligados a ir a los baños a rezar (antes de que también cerraran los baños), los visitantes saborearon muy poco su viaje a Limburgo.
Es un secreto a voces: Stijn Stijnen reserva la misma bienvenida para los oponentes del D1B. Het Nieuwsblad informa que el delegado para el partido contra el Genk U23 había notado hechos similares en su informe y también mencionó una iluminación naranja que recuerda a una sauna.
¿Convocado para dar explicaciones ante la fiscalía?
El técnico de Limburgo no habría negado la situación y le explicó al delegado que todo formaba parte del juego que el club había puesto en marcha a lo largo de la temporada para hacer de Patro un equipo lo más desagradable posible.
Comportamiento que no pasa: según la misma fuente, la fiscalía federal querría demandar al club por la acogida brindada al Charleroi, alegando “una violación de los principios de deportividad y juego limpio”.
Por lo tanto, es posible que en el futuro el Patro tenga que ahorrar en calefacción. En menos de dos semanas, es Club de Brujas quién descubrirá las plazas en la Copa. ¿Los Blauw en Zwart vendrán con su termómetro?
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