Arde el trapo entre Martin St-Louis y los periodistas de Montreal.
El técnico canadiense, habitualmente diplomático en las ruedas de prensa, ha llegado visiblemente a su punto de quiebre tras un tenso intercambio con la prensa.
Anoche, St-Louis miró fríamente a Richard Labbé después de que éste le cortara… otra vez.
Este momento, que no pasó desapercibido, dejó un evidente malestar en la sala de prensa. St-Louis, conocido por su pasión y franqueza, parecía a punto de expresarse con mayor firmeza.
Su mirada gélida dirigida a Labbé reflejaba la frustración acumulada ante las repetidas interrupciones.
Aquí está el incómodo extracto del video:
St. Louis no está aquí para jugar quién habla más alto. Responde preguntas, pero no le damos tiempo para hacerlo.
Hoy, el mensaje de San Luis tomó un cariz aún más explícito. El técnico decidió desairar el tradicional encuentro con los medios de comunicación y delegó esta tarea en su asistente Stéphane Robidas.
Este gesto, poco común en el cuadro del canadiense, fue interpretado como una señal clara enviada a la prensa: el St-Louis ya ha tenido suficiente.
Si no podemos discutir con respeto, St-Louis permitirá que otros lo hagan.
Robidas, visiblemente incómodo, intentó actuar como diplomático evitando comentar directamente la situación.
Martin tiene mucho con qué lidiar en este momento. Prefiere concentrarse en el equipo. Pero los periodistas deben dejar de interrumpirlo.
Desde su llegada al frente de los Canadiens, Martin St-Louis siempre ha abogado por la apertura y la transparencia. Sin embargo, las tensiones entre él y algunos periodistas parecen haber llegado a un punto sin retorno.
Las repetidas interrupciones, las críticas despiadadas a su sistema de juego y la presión constante del mercado de Montreal parecen pesar mucho sobre sus hombros.
Recientemente los periodistas han intensificado sus críticas, lo que no ha ayudado a aliviar las tensiones. Pero lo que distingue a este episodio es la actitud firme y decidida de St. Louis ante lo que considera una falta de respeto.
La relación entre los entrenadores y los medios de comunicación en Montreal siempre ha sido compleja. Los entrenadores anteriores, desde Michel Therrien hasta Claude Julien, a menudo han navegado con dificultades en este entorno exigente.
Pero St. Louis, con su arrogancia a veces fuera de lugar y su glorioso pasado como jugador, parece menos dispuesto a ceder.
Hay que admitir que aislar a la gente en St. Louis no es profesional, pero desairar a la prensa también es un error.
Algunos comentaristas, como Martin McGuire, sin embargo, salieron en su defensa, recordando que la presión mediática en Montreal puede ser asfixiante.
Podemos criticar sus decisiones, pero respetémosle cuando habla. Es la cara de un equipo en reconstrucción y merece un mínimo de consideración.
Esta escalada entre St-Louis y los medios refleja una creciente división entre el entrenador y su entorno.
Si el St-Louis sigue sintiéndose atacado o irrespetado en las ruedas de prensa, corre el riesgo de volverse más cerrado, en detrimento de su relación con la afición y de la imagen del canadiense.
Por ahora, el mensaje de St. Louis es inequívoco: exige respeto. Que la prensa decida escucharlo o no determinará sin duda el resto de las interacciones entre el entrenador y los medios de Montreal.
Muchos usuarios de Reddit y X (anteriormente Twitter) amplificaron el debate, cada uno dando su opinión sobre la tensa interacción entre St. Louis y la prensa.
“La prioridad de un buen periodista es escuchar. Supongo que Richard cree que la gente quiere escucharlo a él antes que al entrenador”.
“La prensa francófona parece estar provocando mucha ira entre los aficionados, y no mucho más”.
Como fanático de Marty, odio la forma en que lo tratan los medios y los fanáticos de Montreal. Me duele verlos desperdiciar una oportunidad de oro con uno de los jugadores más subestimados en la historia de la NHL”.
Sin embargo, este episodio divide. Algunos aficionados consideran legítima la actitud del St. Louis, mientras que otros temen que empeore su relación con los ya tensos medios locales.
Debemos afrontar la realidad: las relaciones entre los periodistas de St-Louis y Montreal se están deteriorando. Desde su llegada, el técnico ha tenido que lidiar con una presión mediática única en Quebec. Si sus inicios estuvieron marcados por la ilusión, las críticas a su sistema de juego y su falta de experiencia parecen haber minado su paciencia.
Para los fanáticos, la situación es clara: St. Louis merece más respeto. Pero para los medios, la negativa a interactuar con ellos hoy es un error estratégico.
En esta atmósfera tensa, es esencial que ambas partes encuentren puntos en común. Es posible que los periodistas deban repensar su enfoque, mientras que St. Louis tendrá que controlar su irritación para evitar que esta división empeore aún más.
Después de todo, la relación entre un entrenador y los medios es crucial en un mercado como Montreal, donde cada movimiento es examinado minuciosamente.
Los focos siguen centrados en St-Louis… y en los periodistas que cubren al canadiense.
Una cosa es segura: el clima sigue siendo tenso y la próxima rueda de prensa será picante.
Esta vez apostamos a que Labbé no se lo cortará.
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