Nikola Karabatic, vestido con una sudadera con capucha con los colores del PSG, baja las escaleras entre los aplausos, primero tímidos y luego más pronunciados, de estos titis del centro de entrenamiento (o de preentrenamiento). Entonces podrá comenzar la clase magistral, en este formato único en París. La primera pregunta es para Isaac. “Está bajo presión”, dijo Karabatic. El micrófono pasa de mano en mano. La timidez está ahí para algunos, a veces sonrisas burlonas. Pero la atención de los adolescentes aumenta con las primeras respuestas de la leyenda.
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