Un joven de 33 años del Jura viaja por el mundo para practicar el salto desde acantilados. Esta práctica consiste en saltar desde acantilados o cascadas de varios metros de altura. Sus actuaciones publicadas en las redes sociales son seguidas por casi 470.000 suscriptores.
Compañía
Desde la vida cotidiana hasta los grandes temas, descubra los temas que componen la sociedad local, como la justicia, la educación, la salud y la familia.
France Télévisions utiliza su dirección de correo electrónico para enviarle el boletín informativo “La Sociedad”. Puede darse de baja en cualquier momento a través del enlace al final de este boletín. Nuestra política de privacidad
Con varias decenas de metros de altura, se eleva hacia el vacío en lugares impresionantes. Esta vida diaria es la de Jérémy Nicollin, 33 años, natural del Jura. Este ex especialista en lanzamiento de jabalina, dos veces campeón de Francia y tres veces subcampeón de Francia, luego director de producto de una marca de gafas, se ha dedicado por completo al salto de acantilados desde 2021. Este deporte le atrajo desde pequeño.
“Tengo siempre amaba los deportes extremoes hacer de acantilado que fui desde pequeña. Recuerdo saltar con mi padre en 7 años en Grodar arriba de San Claudio. Salté 10 metros a los 8 años.“, explica Jérémy Nicollin.
Entrevistado en abril en un artículo anterior, Jérémy ha duplicado desde entonces su comunidad hasta alcanzar casi 470.000 suscriptores en Instagram. Gracias a su actividad ha conseguido nuevos patrocinadores que financian su actividad en todo el mundo. Recientemente viajó a Canadá para buscar nuevos parques infantiles. “jTengo hermosos recuerdos de las cascadas de este verano en Canadá, a 30 metros de altura. Cataratas Kakwa. Caminamos kilómetros para llegar allí. Es toda una aventura comprobar el fondo y encontrar un despegue (lugar de inicio del salto), y al final lo consiguió.“, explica el deportista.
Los videos colgados en estas redes son impresionantes. Salta a una antigua cantera subterránea en Gales. De una cascada en Estados Unidos, un puente en Italia. También es por las sensaciones unos segundos antes del salto que Jérémy busca incansablemente nuevos lugares.
Tenemos un poco de estrés, un poco de miedo. Es el miedo bueno el que nos mantiene concentrados. Empezamos la cuenta atrás, hay un momento de ‘disfrute’ en el aire antes de concentrarse para el impacto. Luego está la adrenalina.
Pero el atleta está lejos de ser un exaltado, todos estos saltos requieren una preparación bien perfeccionada. “Miramos el fondo, medimos el acantilado, hay una persona en el fondo por seguridad. A 40 m llegamos a 100 km en el agua. Lo importante es utilizar los músculos en el momento adecuado con movimientos específicos que hay que tener en cuenta”. vas paso a paso, vas subiendo poco a poco para que el cuerpo se acostumbre a los impactos.“, explica Jérémy Nicollin.
El salto de acantilados tiene una gran comunidad internacional. El deportista asegura que hay un “verdadera solidaridad” entre los seguidores. Los grupos europeos organizan sesiones en todo el mundo para apoyarse mutuamente y saltar juntos.
El siguiente paso de Jérémy, Reunión, será desafiar una vez más las leyes de la gravedad. En definitiva, espera seguir progresando en su campo, a su propio ritmo y sin lesionarse. Y por qué no, algún día, superar los 53 metros de altura, considerado el récord en la materia, que actualmente ostenta un estadounidense.
Related News :