Par
Samuel Sauneuf
Publicado el
14 de noviembre de 2024 a las 7:30 a.m.
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Hace 70 años, este jueves 14 de noviembre de 2024, nacía en Yffiniac, cerca de Saint-Brieuc, el que se convertiría en el mayor campeón ciclista francés de todos los tiempos: Bernard Hinault, el hombre con cinco Tour de Francia, tres Vueltas a Italia , dos Vueltas a España, un Campeonato del Mundo, etc.
Un monstruo sagrado del deporte francés
Un hombre con músculos de acero y carácter fuerte que reinó en el ciclismo mundial desde finales de los años 70 hasta mediados de los 80.
Más que una leyenda del ciclismo, Bernard Hinault es un monstruo sagrado del deporte francés. Sigue siendo el último corredor francés que ha completado la Grande Boucle en su palmarés. Fue en 1985, el año que viene hará 40 años.
“Mientras espero a mi sucesor, sigo siendo el número uno y eso no me importa”, ríe el apodado “el tejón” (porque, como el animal, nunca suelta a su “presa”).
Joop Zoetemelk, Bernard Thévenet…
Entonces sí, un monumento ciclista así no podría celebrar su 70 aniversario en la más estricta privacidad. El sábado pasado, sus amigos, el editor de arte de Saint-Malo, Christophe Penot y Yannick Houée, le pusieron la alfombra roja en la finca Cicé-Blossac de Bruz para una velada de cumpleaños en su honor y en el de su esposa Martine.
Bernard Hinault, rodeado de su familia, recordó sus buenos años en compañía de un bonito elenco de campeones, desde su gran rival Joop Zoetemelk hasta Bernard Thévenet (Eddy Merckx, enfermo, tuvo que cancelar su visita la víspera).
También estuvo su excompañero Marc Madiot. Su director deportivo, Cyrille Guimard, junto al cual Bernard Hinault ganó sus cuatro primeras rondas, no habría desaprovechado este momento por nada.
La anécdota que dice mucho
Otros invitados ilustres: el presidente de la Unión Ciclista Internacional (y quizás futuro presidente del COI) David Lappartient y la memoria del ciclismo Jean-Paul Ollivier.
Siempre con anécdotas, el eterno “Paulo la ciencia” tomó la palabra durante la velada para contar cómo Bernard Hinault se había ganado el corazón de la terrible afición durante su primera victoria en el Giro. El bretón fue el único corredor del pelotón que presentó sus respetos ante la tumba del “Campionissimo” Fausto Coppi. La imagen conmovió a toda Italia.
Nos recuerda hoy que Hinault no fue simplemente unas piernas de fuego que hicieron sufrir al pelotón el martirio. Hinault también era una persona bien formada, que respetaba la historia de su deporte y a los campeones que la escribieron, como él.
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