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Grandes paradas y grandes errores: la inconstancia de Matthieu Epolo da que hablar

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Siempre se puede hablar del rebote justo antes, de una parada refleja que limita el gesto técnico: los hechos son testarudos y el diablillo, en esta apertura del marcador, tiene una responsabilidad, total en el quinto gol, anecdótica ciertamente, para agarre de la pelota no asegurado. En Anderlecht (3-0), Epolo fue sorprendido en falta, ya en fase de set, y de nuevo un tiro lejano. Ante el St-Truiden (2-1), fue detenido por el VAR tras haber calculado mal la situación y un balón que pudo tomar en la mano.

gaviota

Está en una posición en la que hay que cometer errores para aprender.

Pero quiso ganar tiempo y casi le cuesta dos puntos a su equipo. Al inicio de la temporada, Epolo, con seis porterías a cero en ocho partidos y tres goles encajados, era el símbolo de una defensa sólida, o al menos de un equipo que concedía pocas ocasiones y, por tanto, pocos goles. Sus paradas decisivas permitieron a Les Rouches darse un respiro.

Pero hace siete partidos, en todas las competiciones, que el portero ya no mantiene el cero. No es el único culpable, obviamente, pero las críticas se le atribuyen más rápidamente, ya que es el último bastión y todos olvidan que salvó a la Maison Rouche en los octavos de final de la Copa de Bélgica al detener un penalti contra Lyra-Lierse ( 3-2) y que supo ser decisivo, ante Sylla, durante la victoria ante el Charleroi, con un pase decisivo (2-1).

La sombra de Bodart.

Ivan Leko y algunos compañeros se unieron el domingo para recordarnos que “Matthieu es un portero joven, en una posición en la que hay que cometer errores para aprender”. (Leko) y “que él fue el motivo de ciertas victorias” (Fossey). El principio de “ganamos juntos, perdemos juntos”, en definitiva. Pero debido a su comportamiento a veces demasiado confiado, o porque hace paradas para la cámara, la inconsistencia de Epolo se señala más rápidamente. El equipo del Standard, desde el inicio de la temporada, ha intentado borrar este lado excesivamente espectacular, para recordarle al joven portero que sea un poco más mesurado o más firme en sus intervenciones.

En las sombras también está Arnaud Bodart. No hay disputa entre el mayor y el menor, pero en opinión popular, la afición no entiende por qué el ex capitán no está, al menos, en el banquillo. Es una elección, asumida, por el club. ¿Cambiará en las próximas semanas? En este momento no es la idea, pero el Epolo tendrá que encontrar un poco más de regularidad.

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