A media mañana del domingo 10 de noviembre, sólo eran diez, con pañuelos al cuello y una bandera con los colores de Palestina en la espalda, reunidos frente a unos cuantos policías en la Dam, la plaza principal de la capital holandesa. Esperaban expresar su apoyo a las víctimas en Gaza, a pesar de los incidentes violentos ocurridos el jueves 7 de noviembre tras un partido de fútbol entre el Ajax Amsterdam y el Maccabi Tel-Aviv. Unos 3.000 seguidores del equipo israelí estaban presentes en la ciudad, donde estallaron enfrentamientos en varios lugares, a pesar de la presencia de unos 800 agentes de policía.
Frank van der Linde, uno de los líderes del movimiento pro palestino, había presentado un llamamiento de emergencia para obtener autorización para marchar a las 14.00 horas del domingo, a pesar del anuncio del ayuntamiento el viernes de la prohibición de todas las reuniones. Un juez, sin embargo, rechazó el recurso del activista y confirmó que la medida decretada por las autoridades municipales permanecería vigente durante varios días. considerando que “El riesgo de enfrentamientos aún existe”el magistrado se basó en particular en información de la policía, según la cual, durante la noche del sábado al domingo, se había obligado a varias personas a demostrar que no eran israelíes para escapar de pequeños grupos de personas violentas.
“Tenemos que volver a lo que realmente necesitamos hablar: el genocidio en Gaza. Estamos realmente cansados de parecer antisemitas. Sí, ha habido incidentes antisemitas, pero compararlos con un pogromo es completamente infundado”.explicó Van der Linde, refiriéndose a los comentarios realizados el viernes por las más altas autoridades israelíes, así como por Geert Wilders, líder del Partido por la Libertad (PVV, extrema derecha), miembro de la coalición gobernante en La Haya.
Las peleas del jueves dejaron cinco heridos, que fueron rápidamente dados de alta del hospital. El sábado, todos los seguidores del Maccabi regresaron a Israel. Cuatro personas, entre ellas dos menores, seguían detenidas y debían ser presentadas ante un juez, mientras un equipo policial especial examinaba todas las imágenes disponibles para identificar a otros autores de la violencia. El abogado Adem Çatbas, por su parte, lanzó una invitación a darse a conocer a todos aquellos que han sido víctimas de “violencia, incitación al odio, insultos y amenazas” presuntamente cometidos por partidarios de Israel.
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