Este es sólo el segundo día de clases en Villaz-Saint-Pierre para los aprendices de asistentes sanitarios y asistenciales comunitarios (ASSC) de segundo año, que todavía asistían a las instalaciones de St-Justin en Friburgo el año pasado. Y el cambio parece muy apreciado: las nuevas aulas más espaciosas, una cafetería acogedora con comidas a precios asequibles y un local moderno hacen la vida cotidiana más agradable. “Hay espacio para poner dos camas, es perfecto”, afirma Denise Carrel, enfermera y formadora desde hace veinte años. Mientras supervisa un taller práctico sobre inyecciones, explica: “Aquí puedo seguir a dos estudiantes al mismo tiempo, algo que antes era más complicado”.
El local de 40 metros cuadrados parece cubrir las necesidades de diversos sectores profesionales. Algunas organizaciones, como OrTra Santé-Social, incluso han firmado un contrato de arrendamiento de 25 años para garantizar su presencia en el lugar, una decisión dictada por una fuerte demanda. “Nuestros aprendices aumentan exponencialmente y nuestras antiguas instalaciones se habían quedado pequeñas”, subraya Christophe Monney, director de OrTra Santé-Social Fribourg, que representa a unas 700 personas en formación.
En términos más generales, el cantón de Friburgo cuenta actualmente con unos 8.000 contratos de aprendizaje. El objetivo de Campus Le Vivier es centralizar sus cursos interempresas para mejorar la eficiencia y la calidad de la formación. “Antes, los cursos estaban repartidos por todo el cantón, algunos de ellos en edificios ruinosos”, explica Christophe Nydegger, jefe del Departamento de Formación Profesional.
Para aquellos que deseen descubrir este nuevo espacio, el centro abrirá sus puertas al público este sábado. Allí estarán representadas más de 50 profesiones y los visitantes podrán participar en talleres prácticos dirigidos por aprendices.
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