El presupuesto de la Autoridad Nacional para la Probidad, la Prevención y la Lucha contra la Corrupción (INPPLC) experimentará una importante reducción del 22,3% para el año 2025. Una decisión que parece inscribirse en una lógica de venganza liderada por Aziz Akhannouch, que han reaccionado mal al diagnóstico emitido recientemente por el organismo, en particular en lo que respecta a la eficacia de sus estrategias anticorrupción.
El gobierno ha reducido significativamente los fondos asignados a la Autoridad Nacional para la Probidad, la Prevención y la Lucha contra la Corrupción, reduciendo su presupuesto anual en alrededor de 60 millones de dírhams. En 2025, la dotación global del organismo se fijó en 210.178.000 dírhams, frente a los 269.386.000 dírhams en 2024, según precisó su presidente, Mohamed Bachir Rachdi, el viernes 8 de noviembre.
Durante la presentación del presupuesto del organismo para el año 2025, Rachdi destacó que la distribución de créditos formaba parte de la programación presupuestaria plurianual (2025-2027), precisando que el gasto se distribuyó entre gastos de funcionamiento, que ascienden a 114.000.000 dirhams para salarios de los empleados y gastos varios, estimados en 46.350.000 dirhams. En cuanto al presupuesto de inversiones, alcanzó 28.828.000 DH en créditos de pago y 21.000.000 de DH en créditos de compromiso.
Durante esta misma sesión, el presidente del organismo volvió a llamar la atención sobre las importantes deficiencias de la estrategia nacional anticorrupción, adoptada en 2015, y que se basa en diez programas. Según él, esta estrategia adolece de deficiencias.“armonía”, d’“alineación” de sus componentes y su ineficaz implementación, lo que llevó al organismo a solicitar una profunda revisión en 2019, aunque la estrategia se desarrolló sobre una base considerada sólida.
Las dificultades encontradas, según Rachdi, “manifestada por una falta de coordinación [avec le gouvernement] lo que ha llevado a un enfoque sectorial dominante que ha desconectado muchos proyectos de los objetivos centrales”. En consecuencia, los resultados esperados de esta estrategia “permanecen por debajo de las expectativas, con poco efecto en los ciudadanos y los actores económicos”. El Sr. Rachidi también subrayó que “La ineficacia de la estrategia se debió, entre otras cosas, a la ausencia de mecanismos de coordinación y a una gobernanza deficiente”.
Recordó que la lucha contra la corrupción “Es crucial limitar las desigualdades socioeconómicas y frenar el desperdicio de recursos”, enfatizando que “El coste anual de sus abusos se estimaría en 50 mil millones de dírhams con un impacto directo del 2% sobre el PIB debido a la caída de la productividad”. Según él, la corrupción “irriga la economía informal, refuerza las desigualdades y disuade la inversión, en particular aumentando los costos de inversión en un 20% en un contexto de creciente corrupción”.
Los observadores consideran que esta reducción presupuestaria es “una forma de venganza” de Aziz Akhannouch hacia el organismo, preguntándose si la lógica de las restricciones presupuestarias y de la reevaluación de las prioridades gubernamentales puede afectar a un ámbito tan sensible como el de la lucha contra la corrupción.
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