“Estoy acostumbrado a decir lo que pienso”, afirma Francis Batta, que asumió la presidencia del club de rugby Foyen el pasado mes de junio. Los representantes electos de la comunidad de municipios pudieron comprobarlo recientemente. El 28 de octubre publicó un comunicado de prensa en el que afirmaba en términos generales que el CdC le ponía obstáculos en su deseo de realizar mejoras en el solar del estadio. En concreto, la instalación de tres contenedores: para ofrecer a la escuela de rugby un lugar para guardar el material y disponer de vestuarios. Y, por otro lado, se había realizado una losa de hormigón, “por nuestra cuenta y gracias a la amabilidad del alcalde de Port-Sainte-Foy-et-Ponchapt, el señor Reix, para acomodar la estructura de recepción de nuestra casa club” .
Realizaciones que suscitaron la desaprobación del CdC del Pays Foyen, propietario del sitio. “Si bien se había concedido una autorización para la estructura de la sede del club, impugnamos la autorización verbal dada por los dirigentes de la Comunidad de Municipios y, ante testigos, para estos contenedores”, reaccionó Francis Batta, deplorando “una burocracia lenta, quisquilloso y celoso de sus prerrogativas”, y mientras el CdC solicitaba la retirada de los contenedores en un plazo de tres meses. Lo que le llevó a amenazar con dimitir en la próxima asamblea general.
“Tres días después del comunicado de prensa se organizó una reunión”, sonríe Francis Batta. Que ganó su caso por sus estructuras, con el compromiso adicional de reparar el estacionamiento y los baños, así como la instalación de iluminación para que el estadio Foyen pueda jugar los sábados por la noche. “Es un deseo real, los jugadores entrenan tres veces por semana, deben poder pasar el domingo con su familia. El rugby debe unir a la gente, no separarla”. Mientras que el CdC, a través de su presidente Pierre Robert, se esfuerza por recordar su firme apoyo al Stade Foyen, “una asociación emblemática del territorio”. Y para justificar sus reticencias por el hecho de que las instalaciones están situadas en una zona inundable y que debe hacer cumplir normas para garantizar la seguridad pública.
Relanzar el club
“Las relaciones han vuelto a la normalidad”, reconoce Francis Batta, para quien el epílogo todavía parece una victoria. Es cierto que el hombre tiene carisma y un currículum tan largo como un brazo que demuestra una sólida experiencia y que no le contamos: fundador del campeonato del mundo de Superbike, jefe de un equipo con el que ganó varios títulos de campeón del mundo, jefe de una empresa de comunicación y publicidad que trabajó especialmente para la marca Diesel. También fue responsable del desarrollo de la cerveza Corona a nivel global…
“A los tres días del comunicado de prensa se organizó una reunión”
Y si finalmente aceptó hacerse cargo del club Foyen, “sin saber nada de rugby”, fue para un nuevo desafío, “pero no pensé que sería tan grande. No es un club como cualquier otro con 430 socios, entre ellos 200 niños de la escuela de rugby”, admite. Con ganas de dar un nuevo impulso a este club, “que se había quedado dormido”. Un nuevo impulso que supuso el inicio de una cierta “profesionalización”: “Yo, que vengo del mundo profesional, me sorprendí cuando me acerqué a este entorno amateur. Después tuve suerte de que el club tuviera unas finanzas sanas”. Nueva plantilla, nuevos jugadores, un estilo ofensivo, una revitalización del club socio… “Es mucho trabajo. »
Un trabajo que vale la pena ya que Sainte-Foy está en lo más alto de su campeonato R1 y acoge a una media de 1.300 espectadores. “La ambición, en última instancia, es llegar al Federal 2”.
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