Nueve años y ya un apasionado del circuito de carreras. Conocimos a David Gurtner, un joven y prometedor piloto de karts. Después de un año en competición, sus actuaciones son notables… pero ahora espera especialmente llamar la atención de posibles patrocinadores para poder perseguir su sueño. Encontrar.
Calienta el motor antes de salir a entrenar, comprueba la presión de los neumáticos como un adulto. Varias veces al mes puedes encontrar a David y a su padre en este circuito de karting en Scientrier, en la vecina Francia. Con sólo 9 años, el joven ve este deporte como una pasión. Un descubrimiento que se remonta a cuando tenía 5 años, pero era demasiado pequeño para empezar a correr.
Su inicio en el karting de alquiler pasó pero la pasión permaneció, su padre Didier invirtió en todo el equipamiento necesario y en la famosa máquina. “Cuando ves que todavía necesitas ayuda para colocarte el casco pero en el circuito va a 90 o 100 kilómetros por hora… ¡es raro, sí!” nos dice su papá.
Joven y lleno de ambición
David se ve a sí mismo completamente en este entorno. “Me veo pilotando, adelantando a segundo y tercero y eso me da alegría”, explica. Una alegría que luego se traduce en actuaciones en el circuito: después de un año en competición, David ya es 3º en la liga de Ródano Alpes en su categoría. Su mantra: disciplina, respeto y rigor. Si bien esto puede parecer difícil para un niño de 9 años, verlo decidido entre todos los competidores rápidamente se vuelve impresionante.
“Cuando hay 36 en el circuito hace mucho, mucho calor: dan todo lo que tienen, se toca… Siempre tengo mucho miedo. (…) Sólo cuando cae la bandera a cuadros me digo ‘ah, ha sido una buena carrera’”, nos cuenta Didier. En estos circuitos vemos a muchos padres como Didier, con sus jóvenes pilotos. Papá, entrenador, mecánico: tiene muchas funciones y acompaña a su hijo durante las carreras y campeonatos. “Él contrajo el virus, así que estoy intentando hacer todo lo posible para que llegue lo más lejos posible”, explica el papá mecánico.
Una pasión muy cara
Cada fin de semana de carrera le cuesta a la familia Gurtner unos 1.200 francos. El motor del kart debe sustituirse aproximadamente cada tres semanas. Cuente con entre 15.000 y 20.000 francos por temporada: a este ritmo, mantenerse al día con el calendario de carreras se vuelve complicado. Para continuar con este impulso, David ahora necesita patrocinadores. Su padre creó una asociación y está intentando darse a conocer.
Aquí, en el circuito Scientrier, David ya es visto como un candidato a campeón. “Está muy motivado, es una gran fortaleza”, nos dice Gabriel Menoni, instructor y subgerente del MK Circuit. “Además, no ha pasado mucho tiempo desde que empezó a practicar karting y ya ha alcanzado un nivel que no está nada mal para su edad”.
Nos vemos la próxima temporada. David ya se ve allí… ¡y en el top 10!
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