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Martin St-Louis le debe una disculpa pública a Arber Xhekaj

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¿Recuerda la salida pública de Martin St-Louis hace unas semanas?

Arber Xhekaj, entonces en la mira de su entrenador, tuvo que “ser mejor”.

St-Louis no se anduvo con rodeos y dijo alto y claro que esperaba que su joven defensor mejorara su nivel de juego.

El mensaje era claro: incluso para un jugador en desarrollo, el entrenador no toleraría actuaciones mediocres.

Podríamos creer que este discurso era sinónimo de gestión justa de los jugadores, exigencia compartida en todo el equipo.

¿Pero es este realmente el caso?

Lo que nos preguntamos hoy es si Martin St-Louis se atreverá a aplicar el mismo tratamiento a otro defensor cuyo desempeño cinco contra cinco deja mucho que desear: Mike Matheson.

El año pasado, Matheson ciertamente anotó 62 puntos, una producción impresionante para un defensor.

Pero un detalle empaña esta valoración: su diferencial de -24. Esta cifra es reveladora. Muestra que a pesar de sus puntos en el juego de poder, Matheson lucha por ofrecer estabilidad defensiva en situaciones de juego parejo.

Y esta temporada nada parece mejorar: ya un diferencial de -5 para nuestro segundo capitán.

¿Dónde está el rigor de St. Louis para Matheson?

Si Xhekaj tenía derecho a reprimendas públicas, ¿por qué Matheson, a pesar de las preocupantes estadísticas, no está sujeto al mismo nivel de exigencias?

¿A qué se debe este silencio del entrenador?

Quizás porque resulta complicado señalar con el dedo a un veterano que, a través de sus puntos, mantiene la ilusión de solidez.

Pero ahí lo tienes, los números no mienten, y lo que nos dice el diferencial de Matheson es que no está a la altura del impacto defensivo que esperamos de él.

Entendemos que el papel de entrenador en la NHL no es fácil y que criticar a un veterano puede generar tensión.

Pero al ser tolerante con sus veteranos y presionar sólo a los jóvenes, Martin St-Louis envía un mensaje preocupante.

Porque lo que demuestra aquí es que el requisito no se aplica de manera uniforme. Y si St-Louis hubiera tenido la misma tolerancia con Xhekaj, tal vez habría evitado presionarlo públicamente.

En este punto, parece pertinente presentar una disculpa de Martin St-Louis a Arber Xhekaj.

No es sólo una cuestión de justicia, sino de respeto.

Al salvar a Matheson a pesar de sus defectos, St-Louis demuestra que la transparencia de su discurso hacia los jugadores es selectiva.

Si el entrenador realmente quiere instaurar una cultura de responsabilidad, debe estar preparado para dirigirse a todos por igual, sin distinciones.

Amén

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