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Con la contratación de las gemelas Mariia y Dariia Kaplanska, Quimper Volley da un doble golpe

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El Polideportivo Ergué-Armel está en calma. Un contraste con la emoción de las noches de partido. En la cancha, los jugadores lanzan un último grito de guerra. El entrenamiento está llegando a su fin. A continuación siguen algunos fragmentos de la conversación. La mayoría en inglés, porque esta temporada el colectivo Quimper Volley está formado principalmente por jugadores extranjeros.

Entre ellas, Mariia y Dariia Kaplanska. A los 20 años, las dos hermanas abandonaron Odessa, en el sur de Ucrania, para refugiarse en las orillas del Odet y probar suerte en el extranjero. Juegan en la misma posición: receptor-atacante. Y con su silueta esbelta, su largo cabello castaño claro, recogido en una cola de caballo para Dariia, en un moño para Mariia, las dos jóvenes lucen exactamente iguales. En la sala de pesas contigua, el dúo cuenta su historia. Cuando uno empieza una frase, el otro la termina. A veces se miran para encontrar las palabras en su lengua materna.

Profesionales desde hace cinco años

Un mimetismo que mantienen tanto en la vida como en el campo aunque una, Dariia, es más reservada cuando su hermana es más explosiva. Profesionales desde hace cinco años, nada predestinaba a Mariia y Dariia Kaplanska a abrazar esta carrera. No hay grandes deportistas en su familia. Comenzaron a practicar en la escuela primaria. A los 8 años, Mariia y Dariia ya destacaban entre la multitud y fueron descubiertas por su profesora de deportes. Desde entonces nunca han dejado de jugar. A esto le siguió el descubrimiento de la segunda división ucraniana, en el club Kyivska Oblast-Sportlitsey, y luego de la élite en el VK Bukovynka (D1) y, de paso, de un puñado de selecciones para la selección juvenil.

De club en club, las dos hermanas nunca se han separado. Una “coincidencia” que alegra al dúo. “Esto nos permite apoyarnos unos a otros, ayudarnos unos a otros. Sabemos qué palabras necesita escuchar el otro para volver a movilizarse”, explica Dariia. También juntos tuvieron la oportunidad de mudarse a Francia. “El campeonato aquí es duro, es un buen primer paso para progresar en el extranjero”, afirman. Todo sin hacer planes sobre el cometa. “Solo queremos disfrutar y jugar. Es nuestra vida y queremos hacer con ella lo que queramos. »

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