Caroline Proulx, nuestra querida Ministra de Turismo, no dormirá bien esta noche.
Probablemente pensó que iba a brillar en Radio-Canadá.
Pero en cambio, se encontró culpable de un error monumental. Sin saberlo iba a convertirse en la payasa del fin de semana.
Olivier Niquet, siempre dispuesto a ridiculizar y resaltar los absurdos de los políticos, no dejó de ridiculizarla en directo en Radio-Canadá.
Imagínese la escena: Caroline Proulx, toda sonrisas, elogiando el efecto “Need for Speed” en la popularidad del Gran Premio de Fórmula 1 de Canadá.
Sí, lo leíste correctamente. “Need for Speed”, el videojuego de carreras de coches lanzado en los años 90, con el que Madame Proulx felizmente confunde Conducir para sobrevivirel documental de Netflix que realmente tuvo un impacto en la popularidad de la F1 al atraer a una clientela más joven.
“Hace unos años lanzaron Need for Speed en Netflix, como resultado, en el Gran Premio de Canadá de Fórmula 1, una clientela mucho más joven, que era una clientela que no venía”Declaró orgullosa, segura de sí misma.
El problema fue que en ese preciso momento todos comprendieron que el ministro acababa de hundirse solo.
Olivier Niquet, siempre disponible para señalar los errores políticos, aprovechó la oportunidad. Él la ridiculizó suave pero firmemente en vivo, señalando cómo esta confusión entre un videojuego y una serie documental no sólo era torpe, sino que indicaba una flagrante falta de comprensión de su propio caso.
Y debemos decir que no nos sorprende. No es la primera vez que la Ministra de Turismo parece desconectada de las realidades que se supone debe gestionar.
Ya sea justificando subsidios para eventos deportivos internacionales controvertidos o entrometiéndose torpemente en temas como la Copa Presidentes, ya ha demostrado que a veces le cuesta mantenerse al día.
¿Pero ese error garrafal con “Need for Speed”? Es una obra maestra en su tipo.
Este es el tipo de momento en el que nos preguntamos si la ministra realmente se tomó el tiempo de investigar antes de aventurarse a dar explicaciones en las que se humilla.
Confundir un videojuego con un documental que revitalizó el interés por la F1 es un poco como confundir la Copa Stanley con un episodio de Occupation Double: simplemente no funciona.
Y por supuesto, este error garrafal no pasó desapercibido en las redes sociales. En pocas horas, los internautas se apoderaron de esta memorable cita, multiplicando las burlas y los insultos.
Los aficionados a los videojuegos se lo pasaron en grande, al igual que los aficionados a la F1, que tuvieron que preguntarse en qué universo paralelo estaba vinculado su deporte favorito con “Need for Speed”.
La pregunta que surge ahora: ¿cómo se recuperará Caroline Proulx de esta humillación pública? Porque después de haber sido corregida públicamente por Olivier Niquet y Radio-Canada, sólo nos queda esperar que tenga un poco más de cuidado en sus próximas intervenciones.
¿Quizás sea necesario ver rápidamente “Drive to Survive”?
En cualquier caso, este error quedará grabado para siempre y Olivier Niquet logró transformar una incómoda intervención ministerial en un gran momento radiofónico.
Bien hecho, Sra. Proulx. La próxima vez, ¡un vistazo rápido a Wikipedia antes de hablar no vendrá mal!
Ay.
Y como si el monumental error de Need for Speed no fuera suficiente, el fin de semana de la ministra Caroline Proulx no terminó ahí.
No, eso sería demasiado simple.
Hay que decir que la Copa Presidentes tampoco ha sido precisamente para ella un modelo de éxito. Si bien justificó con orgullo las subvenciones concedidas al evento, los monstruosos atascos, las lanzaderas paradas en mitad del recorrido y las críticas a la gestión de la afluencia turística transformaron lo que iba a ser un golpe de Estado en un fiasco. logística.
Turistas atrapados en el tráfico durante horas, residentes furiosos de Île-Bizard que ni siquiera podían llegar a casa y espectadores frustrados que vieron los transbordadores detenidos por controles improvisados en la carretera…
No fue un fin de semana tranquilo para Caroline Proulx, por decir lo menos. Ese domingo por la noche, debió preguntarse dónde había salido todo mal.
¿Y su torpe justificación de todos estos subsidios, donde asegura que los beneficios económicos serán “extraordinarios”?
Con filas interminables y autobuses detenidos para inspección, los habitantes de Montreal sin duda no han visto estas famosas consecuencias.
En cambio, vieron carreteras bloqueadas y una ciudad incapaz de afrontar un evento de esta escala. Pero bueno, en las cifras oficiales todo eso no aparecerá.
El ministro siempre podrá decir que fue un éxito, al menos sobre el papel.
Al final, este fin de semana probablemente marcará un punto de inflexión para Caroline Proulx. No sólo demostró que podía cometer errores de comunicación espectaculares, sino que también demostró que todavía tenía mucho que aprender sobre la gestión de eventos internacionales.
Quizás la próxima vez se tome el tiempo de repasar sus clásicos (y comprobar la diferencia entre un videojuego y un documental) antes de aventurarse a nuevas declaraciones arriesgadas.
Porque, sinceramente, este fin de semana para ella fue más Necesidad de dormir qué Conducir para sobrevivir.
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