A pesar de no haber sido convocado para la Copa América de Argentina, Paulo Dybala (30) ha tenido un verano muy dulce. El centrocampista ofensivo de la AS Roma se casó en julio en Buenos Aires con Oriana Sabatini (28), tras seis años de relación. Una unión lo suficientemente larga como para descubrir la gran pasión de la cantante: la tanatopraxia, la técnica de conservación temporal de cadáveres, una práctica que el jugador pudo observar de cerca durante algunos de los viajes de su esposa.
“Él me acompañó”
En su podcast “Adónde vamos cuando soñamos”, Oriana Sabatini explica que ya ha estado acompañada por el campeón del mundo 2022. “Una noche me llamó Daniel, el dueño de una funeraria, y me dijo: ‘Ori, en media hora llega un cuerpo, ¿puedes venir?’. Por supuesto, le dije que sí, eran las 22 horas, ya había cenado, no tenía nada más que hacer. Había un partido entre Brasil y no sé quién, Paulo estaba ahí con mi padre para ver el partido. Quería hacer algo útil y le dije que iría a la funeraria”.
“Cuando se lo dije en la cena, todos dijeron: ‘No, qué pena, te vas…’”, continúa. “Pregunté si alguien quería venir conmigo y entonces todos se mostraron interesados, porque obviamente a todo el mundo le encantan los chismes, eso genera curiosidad. Finalmente, Paulo vino conmigo y me dijo: ‘No te preocupes, me quedaré allí en la funeraria y daré una vuelta’ y vino conmigo”.
Oriana Sabatini ya había confesado que había estudiado tanatopraxia hace unos meses. “Desde pequeña me llamó la atención la muerte”, explicó en el reality argentino LAM. “Siempre fui muy curiosa. Ante la idea de vivir en el exterior me había preguntado qué haría con mi vida y surgió esta posibilidad de estudiar tanatopraxia. Descubrí esta carrera que se puede hacer en poco tiempo y que es muy linda. A diferencia del trabajo que hacemos nosotros, este es muy anónimo. Es un servicio. A veces no ves a tu familia y la persona a la que se lo haces no te lo agradece”.
Artículo original publicado en RMC Sport
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