Cambiar nuestros hábitos de compra de alimentos puede ayudar a los hogares a reducir significativamente sus gastos. Julie Frère, portavoz de Testachats, fue invitada a compartir este buen plan. “De media, alrededor del 17% del presupuesto de los hogares belgas se gasta en la compra de alimentos, la partida de gasto más importante después de la vivienda.”, explica. Con una inflación galopante en ciertos productos, como el aceite de oliva, cuyo precio ha aumentado un 63% desde enero de 2022, la necesidad de repensar sus hábitos de compra nunca ha sido tan crucial.
Elige la marca adecuada
Uno de los primeros consejos de Julie Frère es elegir bien el supermercado. “Cambiar de marca puede generar ahorros significativoss”, insiste. Por ejemplo, una familia media de cuatro personas en Gembloux podría ahorrar hasta 850 euros al año simplemente optando por una marca más barata (cambiando de Spar a Colruyt).
El segundo consejo es revisar los productos que compras. Para quienes buscan una reducción significativa de sus gastos, cambiar a productos denominados de “bajo precio” o marcas de distribuidor puede ser una solución de elección. “En promedio, los productos económicos cuestan un 62% menos que las marcas internacionales. Las marcas de distribuidor, por su parte, permiten una reducción del 46% de media“, especifica Julie Frère. Marcas como Aldi o Lidl, representadas en esta categoría, hacen aún más ventajosa esta transición con ahorros de hasta el 64% en determinados artículos.
Hasta 4.000 euros de ahorro
Cuando se combinan estas dos estrategias, los ahorros se vuelven realmente impresionantes. Para una familia que cambia de supermercado y prefiere los productos baratos, las ganancias anuales pueden superar los 4.000 euros. Por supuesto, este método implica aceptar cambiar tus hábitos de consumo, pero los resultados son significativos.
¿Un precio bajo a expensas de la calidad?
Por último, una cuestión que se plantea a menudo es la de la calidad de los productos de bajo coste. Julie Frère quiere ser tranquilizadora: “En nuestros estudios, encontramos que las marcas privadas generalmente ofrecen una calidad equivalente, o a veces superior, a la de las principales marcas internacionales..” En cuanto a los productos económicos, aunque un paso por debajo en términos de calidad, siguen siendo completamente satisfactorios y aptos para numerosos usos. Por tanto, es posible ahorrar dinero sin comprometer más la satisfacción alimentaria.