A una semana del mercado de fichajes de invierno, la FIFA ha ajustado su marco legislativo en materia de transferencias de jugadores. Las consecuencias del asunto Lassana Diarra se hacen sentir.
Hace diez años, Lassana Diarra buscó abandonar el Lokomotiv Moscú tras una repentina caída de su salario. Charleroi intuyó la decisión correcta, pero el incumplimiento de contrato fue considerado abusivo, lo que le valió la suspensión y una multa del club y de la FIFA. Por miedo a pagar el precio, el Sporting se retiró.
Las consecuencias apenas comienzan a sentirse hoy. Ante las acciones judiciales emprendidas y la decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que consideró que el reglamento “podría obstaculizar la libertad de circulación de los futbolistas profesionales”, la FIFA se vio obligada a reaccionar. Por el momento, se trata sólo de un ajuste temporal, adoptado con urgencia ante la inminente ventana de transferencias de invierno.
Los primeros temblores de enero
“Este marco cubre las normas que rigen la indemnización por incumplimiento de contrato, la responsabilidad solidaria, los incentivos por incumplimiento de contrato, los certificados de transferencia internacional y los procedimientos ante el tribunal de fútbol”, declara la FIFA en un comunicado de prensa transmitido por la AFP.
El organismo continúa: “Su objetivo es crear mayor claridad y estabilidad para futuros períodos de registro, así como mantener reglas universales”.
La revolución prometida tras el asunto Lassana Diarra aún no se ha producido, pero la urgencia con la que la FIFA se vio obligada a revisar su copia demuestra que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea es lo suficientemente poderoso como para cambiar permanentemente nuestro fútbol.