Jeremy Swayman vivió una de las peores veladas de su carrera profesional, una humillación pública que recuerda con tristeza al famoso 2 de diciembre de 1995, cuando Patrick Roy fue abandonado en el hielo por Mario Tremblay contra los Detroit Red Wings.
Esta vez, fue en Winnipeg contra los Jets, donde Swayman concedió 8 goles, ante la mirada sorprendida de su entrenador en jefe, Joe Sacco.
Una velada de pesadilla que revivió dolorosos recuerdos para los aficionados al hockey y sumió a los Boston Bruins en una gran crisis.
Con los Jets acumulando goles y la defensa de los Bruins luciendo abrumada, todas las miradas estaban puestas en el banquillo.
¿Por qué dejar a Jeremy Swayman en el hielo cuando estaba pasando por una verdadera tortura? La respuesta bien puede estar en las tensiones que marcaron el verano pasado, durante las cuales el base de 25 años se enfrentó a la organización para obtener su lucrativo contrato de 8 años y 8,25 millones de dólares por temporada.
Algunos observadores lo ven como una decisión punitiva, una forma del entrenador de recordarle a Swayman y al equipo que nadie está por encima de la institución.
Pero esta elección tuvo el efecto contrario. En lugar de movilizar a sus tropas, esta humillación pública fracturó el vestuario y despertó la ira de los seguidores.
Las reacciones de los fans son inequívocas.
En las redes sociales se han multiplicado los llamados a canjear a Jeremy Swayman.
“Este contrato es un desastre”, escribió un internauta, mientras otro denunciaba “una gestión desastrosa del equipo y un portero demasiado pagado que no tiene mentalidad para Boston”.
En Winnipeg, los abucheos que acompañaron a cada gol que concedió Swayman fueron claros.
Para muchos, esta noche resume el fracaso de la relación entre el portero y una organización que optó por apostar por él tras el traspaso de Linus Ullmark este verano.
La confianza, ya debilitada por la saga contractual, ahora parece rota.
Jeremy Swayman se encuentra ahora en una situación difícil. Lejos de ser el héroe esperado después de la impresionante racha de playoffs del año pasado, se convirtió en blanco de duras críticas.
Para muchos, esta noche resume el fracaso de la relación entre el portero y una organización que optó por apostar por él tras el traspaso de Linus Ullmark este verano. La confianza, ya debilitada por la saga contractual, ahora parece rota.
Todo comenzó durante el verano, cuando Jeremy Swayman buscaba un contrato a largo plazo después de una temporada impresionante, incluido un porcentaje de salvamento de .933 en los playoffs.
Las negociaciones entre Swayman y los Boston Bruins rápidamente dieron un giro público y tenso, demostrando profundas fracturas en la relación entre el jugador y la organización.
El presidente de los Bruins, Cam Neely, sorprendió a los medios al declarar durante una rueda de prensa que el equipo había ofrecido a Swayman 8 millones de dólares por temporada. Añadió:
“No quiero entrar en detalles sobre lo que me pide, pero sé que tengo 64 millones de razones por las que estaría jugando ahora mismo. »
Esta declaración, interpretada como presión sobre Swayman, enfureció a su agente, Lewis Gross, quien respondió públicamente.
Gross afirmó que esta cantidad nunca se había discutido antes y criticó a la organización por intentar negociar a través de los medios de comunicación.
Swayman, decidido a ganar un salario tan alto como el de los mejores porteros de la liga, buscaba un contrato por valor de alrededor de 9,5 millones de dólares por temporada, comparable al de Andrei Vasilevskiy.
Esta solicitud dejó a los Bruins en una situación difícil. Hoy tiene un porcentaje de eficiencia de 885. Y un promedio de goles en contra de 3,27.
A medida que las negociaciones se prolongaban, surgieron rumores de que Swayman se negaba a responder las llamadas de la organización.
Peor aún, las fuentes afirmaron que los propios Bruins no se habrían comunicado con el jugador durante varias semanas. Esta situación había creado una enorme tensión dentro del equipo y en los medios.
Para complicar las cosas, Boston decidió traspasar a Linus Ullmark a Ottawa durante el verano, eligiendo confiar en Swayman como su principal portero.
La medida, si bien liberó espacio bajo el tope salarial, aumentó la presión sobre Swayman, ahora visto como la piedra del futuro de los Bruins. Pero esta apuesta parecía arriesgada, sobre todo por las difíciles negociaciones con su bando.
La situación empeoró aún más después de los comentarios transmitidos en el podcast Spittin’ Chiclets, presentado por Paul Bissonnette y Ryan Whitney.
Whitney dijo que Boston ofreció un contrato de cuatro años por 6,2 millones de dólares por temporada, pero no hubo comunicación durante tres semanas.
Estas revelaciones echaron más leña al fuego, reforzando la idea de un conflicto mal gestionado por ambas partes.
Un fichaje tardío y muchas expectativas
Finalmente, unos días antes del inicio de la temporada, los Bruins y Swayman habían encontrado puntos en común, acordando un contrato de 8 años por 8,25 millones de dólares por temporada.
Aunque este desenlace puso fin a la saga contractual, no fue suficiente para calmar a los críticos. Una parte de los fanáticos y analistas sintieron que este contrato era demasiado alto para un guardia que, si bien era excelente, aún tenía que demostrar que podía ser una estrella consistente a largo plazo.
Esta saga dejó profundas heridas en la relación entre Swayman, su equipo y la afición.
Es necesario canjear a Swayman. Para él. Para los Bruins. Para todos.
Bueno, los Bruins claramente sueñan con Samuel Montembeault. Pero Kent Hughes nunca sacrificará al quebequense. Su contrato es muy bueno: 3,15 millones de dólares al año hasta 2027.
Aunque son del área de Boston, Kent Hughes y Jeff Gorton nunca harán un intercambio Swayman-Montembeault.
Los Bruins recibieron un limón. El contrato de Swayman es uno de los peores de la NHL.