La selección francesa dominó al país anfitrión de la competición (30-27), Hungría, para asegurarse el primer puesto antes de las semifinales.
La selección francesa recibió siete de siete en la Eurocopa. Al dominar al país anfitrión húngaro este martes en Debrecen, los Bleus continuaron su racha perfecta en esta competición continental y se hicieron con el primer puesto por delante de su rival de la jornada, también invicto hasta entonces. Este éxito, más allá de su importancia a nivel mental para mantener la gran dinámica colectiva francesa, también tiene la ventaja de permitir a Laura Glauser y a otros evitar el espantapájaros noruego en las semifinales del viernes. En cambio, los ‘bleus’ desafiarán al ganador del duelo entre Dinamarca y Holanda que tendrá lugar este miércoles.
El encuentro, en cualquier caso, no pudo empezar mejor para la selección francesa. Desde un misil de Grace Zaadi en la escuadra hasta un pivote de Pauletta Foppa, pasando por un contraataque finalizado por Estelle Nze Minko, las Bleus hicieron todo lo posible para apagar el magnífico ambiente en el estadio de Debrecen. Sobre todo porque en defensa, los jugadores de Sébastien Gardillou no dejaron pasar nada durante casi nueve minutos y un lanzamiento de siete metros logró Katrin Klujber (4-1). Sin embargo, este corredor solitario no pudo durar para siempre y poco a poco, los húngaros lograron encontrar huecos y ajustarse en ataque…
Un segundo acto notablemente dominado por los Bleues
Un aumento de poder que no se reflejó inmediatamente en el marcador, ya que los subcampeones olímpicos lograron mantener su ventaja de cuatro cuerpos hasta el minuto 21 de juego (10-6). Antes de sufrir un 4-1 que revivió por completo al equipo local (11-10, 26), al tiempo que despertó al público. Luego la temperatura subió algunos grados y Francia tuvo que conformarse con la igualdad en el marcador cuando regresó al vestuario (13-13). Afortunadamente, el descanso rompió el ritmo de los magiares y los azules avanzaron, firmando un 3-0 al inicio de la segunda parte para recuperar un poco de margen de maniobra (16-13, 33).
Pequeño, pero sólido porque los húngaros, a pesar de algunas inspiraciones brillantes como este gol de kung-fu de la lateral derecha Dorotty Faluvegi, no lograron remontar durante un buen cuarto de hora de juego (24-21, 47º). Sin embargo, al inicio de los últimos diez minutos de juego, las múltiples paradas del portero magiar contra los extremos franceses dejaron dudas y preocupaciones persistentes. Pero un lanzamiento de siete metros transformado por Tamara Horacek trajo más serenidad a ocho minutos del final (27-23). Sobre todo porque la retaguardia francesa empezó a apagar de nuevo el ataque húngaro, y Chloé Valentini no tembló en su banda (28-24, 56º). Para su orgullo, Hungría cerró la final (29-27, 58º), pero eso no fue suficiente para revertir la situación y privar a Francia de una merecida victoria (30-27).
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